El ministro del gabinete de guerra de Israel, Benny Gantz, ha cancelado la rueda de prensa que había convocado para este sábado en la que supuestamente iba a anunciar que abandonaría el gobierno de emergencia creado por Benjamin Netanyahu poco después de los ataques de Hamás del 7 de octubre y del gabinete de guerra. Ha decidido postergar esta decisión tras confirmarse el rescate de cuatro rehenes con vida de la Franja de Gaza.
Gantz, que antes del 7 de octubre estaba en el bando de la oposición, fue el único líder que accedió a la petición de Netanyahu de formar un gobierno de unidad nacional en tiempos de guerra y logró un puesto dentro del gabinete de guerra más reducido, donde es uno de los tres integrantes con derecho a voto, junto con el propio primer ministro y el titular de Defensa, Yoav Gallant.
El líder del partido Unidad Nacional (centro-derecha), que en el pasado fue jefe del Estado Mayor y ministro de Defensa, lanzó a mediados de mayo un ultimátum a Netanyahu: abandonaría el gabinete si no anunciaba un plan de postguerra para la Franja de Gaza antes del 8 de junio, algo que no ha ocurrido.
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El exministro, como otras figuras del estamento militar y expertos, así como EEUU, cree fundamental definir cuanto antes quién asumiría las tareas civiles y de gobierno en la Franja cuando acabe la guerra, una vez que Hamás haya sido derrotado.
Netanyahu, en manos de la ultraderecha
La posible salida del partido de Gantz del gobierno de emergencia no pone aún en peligro la supervivencia de la coalición de Netanyahu, la más derechista de la historia de Israel, que mantiene los 64 escaños en el Parlamento, como antes de la guerra.
Sin embargo, el perfil político de Gantz se reforzó mucho durante la guerra y aún lidera las encuestas electorales -aunque se ha desinflado en las últimas semanas- y su renuncia sería un varapalo simbólico para Netanyahu, a pesar de que los números todavía están de su lado.
Sin embargo, la coalición de Fobierno corre otros peligros: los partidos de ultraderecha -Poder Judío y Sionismo Religioso- han amenazado con abandonarlo si se firma el acuerdo de tregua con Hamás, ya que consideran una concesión acceder al fin de las hostilidades; mientras que las formaciones ultraortodoxas -Shas y Judaísmo Unido de la Torá- si se anula la exención militar que desde hace décadas permite que eludan el servicio militar obligatorio los jóvenes jaredíes que se dedican a estudiar la Torá.
En ambos casos, los 14 escaños que suma la ultraderecha nacionalista; como los 18 de los ultraortodoxos, sí son vitales para la supervivencia del gobierno de Netanyahu.