El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha comparecido este miércoles ante las dos cámaras del Congreso de Estados Unidos, en su primer viaje al país desde el comienzo de la guerra contra Hamás el pasado 7 de octubre. El mandatario ha sido recibido entre aplausos y vítores por un hemiciclo con más de 80 sillas vacías de congresistas y senadores ausentes, pero con la presencia de su esposa, supervivientes del cautiverio en Gaza, familiares de rehenes y cargos militares israelíes. El ponente también ha invitado personalmente al magnate de derechas Elon Musk a escuchar su intervención.

Vistiendo un pin con las banderas de Israel y EEUU y un lazo amarillo por los rehenes del 7-O, Netanyahu ha comparado los ataques de Hamás con Pearl Harbor y el 11-S, y ha acusado a los críticos con Israel de ser unos "útiles idiotas de Irán". Aunque ha agradecido a los legisladores estadounidenses su apoyo a su país en los casi diez meses de guerra, el primer ministro israelí ha lamentado que una "minoría" de ellos puede haber "caído en la estafa de Hamás". Mientras Netanyahu hablaba, la congresista demócrata por Míchigan de origen palestino Rashida Tlaib sostenía un cartel en el que se leía "criminal de guerra" y "culpable de genocidio". Minutos antes de la intervención, cuando el israelí entraba en el Congreso, el líder de la mayoría demócrata en el Senado Chuck Schumer decidió no estrechar la mano.

Desde el interior de un edificio rodeado de miles de personas que se manfiestaban contra la visita, Netanyahu ha recordado a su audiencia en la cámara: "Nuestros enemigos son vuestros enemigos, nuestra lucha es vuestra lucha, y nuestra victoria será vuestra victoria". El principal argumento de su discurso ha sido que Hamás es síntoma del acecho de Irán y su objetivo de "imponer el islam radical en el mundo". Netanyahu se ha perfilado como el líder de "una orgullosa democracia proestadounidense" que, cuando lucha contra Hamás, Hezbolá o los hutíes de Yemen, en realidad está "protegiéndoos a vosotros", según ha apelado a los congresistas estadounidenses.

Varios manifestantes propalestinos queman una bandera estadounidense y una representación de Netanyahu. Reuters

Para ello, Netanyahu ha emulado al ex primer ministro británico Winston Churchill al instar: "Dadnos las herramientas más rápido, y terminaremos el trabajo más rápido". Aunque el primer ministro israelí ha agradecido al presidente Joe Biden el apoyo de EEUU a su país en la guerra, ha asegurado que la guerra en Gaza podría terminar "mañana" si Hamás se rindiera o si Israel tuviera la artillería para "destruir todas sus capacidades militares y traer de vuelta a casa a todos nuestros rehenes", ha arengado.

Además, el mandatario ha calificado de "calumnias descabelladas" las acusaciones de que Israel está cometiendo un genocidio contra los palestinos de Gaza, ya que sólo pretenden "demonizar a los judíos de todo el mundo", como lo hicieron las mentiras antisemitas históricas que condujeron al Holocausto, ha defendido. Netanyahu arremetió específicamente contra las acusaciones de la Corte Penal Internacional de que Israel está matando de hambre a los palestinos de Gaza, calificándolas de "total y absoluto disparate" y "una completa invención". Según la ONU, el 96% de la población de Gaza se enfrenta actualmente a "niveles de crisis o peores de inseguridad alimentaria".

Netanyahu también ha afirmado que Israel ha "permitido la entrada en Gaza de más de 40.000 camiones de ayuda", una cifra también cuestionada por Naciones Unidas. A las acusaciones del organismo internacional de que el Ejército israelí impide la entrada de ayuda humanitaria, el primer ministro ha respondido: "Es responsabilidad de Hamás, son ellos quienes roban los alimentos".

Su 'plan del día después'

El primer ministro israelí también ha presentado, grosso modo, su plan para la Franja de Gaza posterior a la guerra. Ha defendido que, una vez "desmilitarizada" y "desradicalizada" —con procesos como los que atravesaron las sociedades de Alemania y Japón tras la Segunda Guerra Mundial— Gaza deberá tener una administración civil "dirigida por palestinos que no busquen destruir Israel". "Una nueva generación de palestinos debe educarse en la convivencia con los judíos, y no en el odio hacia nosotros", ha defendido Netanyahu.

Para apaciguar la región, el mandatario ha sugerido una alianza liderada por EEUU e Israel y que incluya a países de Oriente Medio con perspectivas afines. "Deberíamos llamarla la alianza de Abraham", ha propuesto, en homenaje a los acuerdos firmados con Emiratos Árabes Unidos durante la administración de Donald Trump. Netanyahu ha ensalzado al expresidente republicano, y le ha agradecido haber reconocido los Altos del Golán como territorio israelí, Jerusalén como capital del Estado sionista, y haber movido a la ciudad la embajada estadounidense.