El primer ministro libanés, Najib Mikati, ha advertido este miércoles de que la situación se puede "ir de las manos" si Israel continúa con sus ataques contra el país, después de que un bombardeo causara anoche al menos tres muertos y más de 70 heridos a las afueras de Beirut.



"Condenamos enérgicamente este ataque contra los suburbios del sur de Beirut y elevamos nuestras voces alertando de que las cosas se vayan de las manos a peor si el enemigo continúa con su imprudente y locura criminal", sentenció al inicio de un Consejo de Ministros extraordinario.



Según un comunicado gubernamental, Mikati consideró que el bombardeo israelí de anoche "trasladó la situación de un estado de conflicto a un estado de peligro abierto con grandes miedos", por lo que llamó a los gobiernos aliados a que intervengan para evitar una escalada. 

"El Líbano no quiere guerra"

El dirigente también reiteró que "el Líbano no quiere guerra" y que sólo busca preservar su "soberanía", al abogar una vez más por la "completa" implementación de la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que puso fin a la guerra de 2006 entre el grupo chií libanés Hizbulá e Israel.



"Seguiremos en contacto constante con los amigos del Líbano y los hermanos árabes para evitar una escalada del asunto, y para trabajar contra un recrudecimiento de la situación que presagia graves peligros que tendrán grandes repercusiones", advirtió Mikati.

Su intervención se produjo al comienzo de un Gabinete de Ministros extraordinario convocado después del bombardeo de anoche contra un edificio residencial en los suburbios capitalinos del Dahye, un bastión de Hezbolá donde se encontraba el alto comandante del grupo Fuad Sukhr.



El Ejército israelí aseguró haber matado a Sukhr, al que responsabiliza del ataque que el sábado mató a 12 menores en un campo de fútbol en los Altos del Golán, bajo ocupación israelí, aunque Hezbolá todavía no ha confirmado su paradero mientras continúan las labores de búsqueda.