Israel y Hezbolá siguen intercambiándose golpes sin embarcarse aún en una guerra abierta. El Ejército hebreo asegura haber atacado en las últimas horas alrededor de 290 objetivos en el sur de Líbano, incluidos miles de barriles lanzadores de cohetes e infraestructura militar, tras el lanzamiento de "115 amenazas aéreas" por parte del grupo chií. Al menos tres personas han muerto en los bombardeos israelíes contra varias aldeas del sur del país.
El grupo libanés proiraní reivindicó los ataques de este domingo por la mañana y de anoche contra la zona de Haifa, la tercera más grande del país, donde las autoridades han suspendido hoy las clases, y dijo que iban dirigidos contra una fábrica de armamento israelí y una base militar.
Al menos dos personas resultaron heridas leves y una se encuentra en estado moderado tras recibir impactos de metralla en la zona, dijo el servicio de emergencias israelí Magen David Adom (MDA).
Según Hezbolá, los ataques son una "respuesta inicial" a las explosiones de miles de dispositivos de comunicación del grupo esta semana, atribuidas a Israel, y que dejaron más de 30 combatientes muertos.
El portavoz para la prensa internacional del Ejército israelí, Nadav Shoshani, destacó que miles de niños del norte de Israel no pueden ir a clase hoy, poco después del comienzo del año escolar, por los ataques de Hizbulá, y recordó que unas 60.000 personas siguen viviendo evacuadas desde octubre, lo que calificó de "intolerable".
Nuevas amenazas de Netanyahu
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha enviado un mensaje amenazador a Hezbolá en el que le advierte de que si aún no "ha entendido el mensaje" tras la escalada de ataques de los últimos días, pronto "lo entenderá".
"En los últimos días, hemos infligido a Hezbolá una secuencia de golpes que no se imaginaba", dijo Netanyahu en hebreo en un breve mensaje en vídeo. "Si Hezbolá no ha entendido el mensaje, os prometo que lo entenderá", añadió.
"Estamos decididos a devolver a nuestros residentes del norte sanos y salvos a sus hogares", continuó Netanyahu, en referencia los 60.000 israelíes que siguen evacuados de las comunidades fronterizas desde hace más de once meses. "Haremos todo lo necesario para restablecer la seguridad", concluyó.
Plan de guerra en los hospitales
Los hospitales del norte de Israel han reducido su actividad y están trasladando sus operaciones a zonas blindadas, en plena escalada del conflicto con el grupo chií libanés Hizbulá.
El Ministerio de Sanidad israelí ordenó a todos los hospitales cercanos a la frontera con el Líbano que muevan su actividad a zonas fortificadas y que cancelen las cirugías opcionales, después de que el Ejército israelí publicase nuevas órdenes para la población civil en las comunidades del norte.
Las directrices limitan hasta mañana por la tarde las reuniones en espacios exteriores a un máximo de 10 personas y a 100 las reuniones en interior, y obliga a los lugares de trabajo a desarrollar su actividad cerca de refugios antiaéreos. También fueron cerradas las playas y las escuelas.
El hospital Rambam de Haifa, donde fueron trasladados tres heridos tras el lanzamiento de una andanada de cohetes de Hizbulá, movió sus operaciones al aparcamiento fortificado del centro, recoge el medio israelí The Times of Israel.
El grupo libanés, aliado de Irán, reivindicó los ataques como parte de su "respuesta inicial" a las explosiones de miles de dispositivos de comunicación entre las filas de Hizbulá hace días, atribuidas a Israel, y que dejaron más de 30 combatientes muertos.
Escalada de tensión
Pese al incremento del fuego cruzado, nada parece indicar que, de momento, Hezbolá esté dispuesto a iniciar una guerra total con Israel, pese a prometer hace unos días que daría una respuesta "específica" a la explosión simultánea y masiva de miles de buscapersonas en manos de sus miembros, seguida ayer de un ataque en Beirut en el que murieron al menos 16 de sus hombres, entre ellos comandantes. Las autoridades libanesas elevaron a 45 el número de los muertos en el bombardeo israelí.
Israel intensificó sus ataques contra el grupo libanés esta semana, y el viernes mató al menos a 16 combatientes, incluidos dos comandantes, en un bombardeo en Beirut en el que también perdieron la vida tres menores y siete mujeres, según las autoridades libanesas.
La situación hace temer el estallido de una guerra abierta en la región, pese a que Hizbulá ha avisado de que no quiere entrar en un conflicto a gran escala y que sus ataques cesarían de lograrse un acuerdo de alto el fuego en Gaza.