Columnas de humo se elevan sobre el sur del Líbano tras un ataque israelí.

Columnas de humo se elevan sobre el sur del Líbano tras un ataque israelí. Amr Abdallah Dalsh Reuters

Oriente Próximo LÍBANO

Israel se prepara para una invasión terrestre en Líbano a la espera de la intervención de Netanyahu ante la ONU

Los esfuerzos de EEUU o Francia para cerrar un alto el fuego contrastan con las palabras de altos mandos militares que aventuran una entrada inminente.

26 septiembre, 2024 03:20

A primera hora del miércoles, Hezbolá disparó un misil contra la capital de Israel, Tel Aviv, sin causar daños contra la población. El objetivo, anunciaron, era la sede del Mossad. El sistema de defensa antiaérea, conocido como la Cúpula de Hierro, evitó la tragedia. Los analistas destacan la noticia: nunca antes la milicia llegó tan lejos cuando atacó a su enemigo. También dudan: no saben si los islamistas sólo dispararon un misil porque los bombardeos israelíes contra sus arsenales hacen mella o si, quizá, se guardan un as en la manga.

Israel, en cualquier caso, retomó las operaciones de los últimos días donde las dejó.

Lanzó cientos de ataques aéreos más contra cientos de posiciones de Hezbolá en el sur del Líbano y en algunas áreas de Beirut. Dejó, ayer, al menos 51 muertos. Lo que los israelíes han reconocido es que quieren eliminar el mayor número posible de armas y misiles acumulados por la milicia patrocinada por Irán durante años. Incluso que quieren alejarlos de la frontera para que los miles de ciudadanos desplazados de los pueblos del norte vuelvan a sus casas. Lo que está en el aire es si, entre los planes de Benjamin Netanyahu, está también allanar el terreno para una incursión terrestre en el Líbano.

El periódico israelí Haaretz sostiene que esa es su idea desde finales de verano. Las últimas declaraciones de altos mandos del Ejército van en la misma dirección.

El jefe del Estado mayor, Herzi Halevi, habló con sus soldados en el norte del país y les dijo: “Se oyen los aviones sobrevolando, hemos atacado todo el día, tanto para preparar el terreno para nuestra entrada como para seguir degradando a Hezbolá”. Sus palabras indican, sin duda, que los altos mandos están mentalizando a sus tropas para el escenario menos deseado por la comunidad internacional. “Vuestra incursión a la fuerza en estos territorios, vuestro encuentro con los operativos de Hezbolá”, continuó, “les enseñará lo que significa enfrentarse a un cuerpo experimentado, profesional y altamente cualificado para el combate”.

La inquietud a que se repitan los eventos de 2006, agravados por un contexto más peligroso, aumenta en los foros mundiales.

Entonces, Israel luchó durante un mes y tres días contra Hezbolá a un lado y otro de la frontera y en los Altos del Golán. Las consecuencias fueron catastróficas para el Líbano. Ahora la acumulación de tropas en el norte alimenta los rumores de una invasión inminente. Algunos comentaristas del país lo ven especialmente cerca, además, por el delicado momento político para Netanyahu, interesado en retrasar la investigación de los errores de seguridad del 7 de octubre y en desviar la atención sobre los 103 rehenes que siguen secuestrados en Gaza.

Ningún aliado occidental apoya, al menos de palabra, que ordene esta operación. Las pruebas están en Nueva York. El martes, en su última intervención ante la Asamblea de las Naciones Unidas, Joe Biden habló de que “una guerra a gran escala” no favorecería “a nadie”. “Aún es posible una solución diplomática al conflicto”, añadió, a pocos meses de salir de la Casa Blanca, tras demostrarse incapaz de imponer su voluntad hasta el momento. “Es hora de que las partes finalicen los términos, devuelvan a los rehenes y garanticen la seguridad de Israel y Gaza, alivien el sufrimiento y pongan fin a esta guerra”.

Algunas fuentes israelíes consultadas por la agencia Reuters afirman, incluso, que Estados Unidos y Francia trabajan a toda velocidad con el Líbano, atrapado entre Israel y Hezbolá, en una propuesta satisfactoria de alto el fuego.

Los avances, sin embargo, son escasos, como las esperanzas de las autoridades libanesas. El presidente del Parlamento del país, Nabih Berri, testigo de las conversaciones, alabó los "esfuerzos". A continuación aventuró, en una entrevista para el diario árabe Al Sharq al Awsat, que "las próximas 24 horas serán decisivas" para el éxito o el fracaso de los mismos. Netanyahu, entre tanto, está este jueves en Estados Unidos para intervenir ante la Asamblea de las Naciones Unidos. El mundo escuchará con atención. Especialmente, los libaneses y los israelíes.