Oriente Próximo

Netanyahu dio la orden de eliminar al líder de Hezbolá desde la sede de la ONU: Nasralá sigue desaparecido

Fuentes israelíes afirman que Nasralá estaba con altos dirigentes de Hezbolá en un búnker de mando durante el ataque y esperan que todos hayan muerto.

28 septiembre, 2024 02:40
Beirut (Líbano)

Estaba vivo en un principio. Lo dijeron Irán y fuentes cercanas a Hezbolá. Pero el partido-milicia libanés no se pronunció en toda la tarde del viernes, después de que Israel atacara con una andanada de bombas de dos mil toneladas sus cuarteles generales en el Dahie, la periferia sur de Beirut. Hezbolá tardó seis horas en hablar, y cuando lo hizo, el mensaje fue sospechosamente contradictorio con lo que se había afirmado antes: “No localizamos a la cúpula”, reconoció el grupo a la agencia británica Reuters.

Con ‘la cúpula’, los portavoces de Hezbolá se referían a su líder, Hasán Nasralá, objetivo del ataque que arrasó con seis edificios en una área muy densamente poblada de la capital libanesa. “Todos piensan que está muerto”, cuentan en confidencialidad a este periódico fuentes del Gobierno libanés el viernes por la noche. Pese a los comunicados de la agencia de noticias estatal iraní, esta intuición también proliferaba en Israel: “Creo que es demasiado pronto para decirlo [que no está muerto]... A veces ocultan el hecho cuando tenemos éxito”, dijo en una rueda de prensa un oficial de las Fuerzas de Defensa Israelíes.

De hecho, según declaró un alto funcionario israelí al Telegraph, la decisión del primer ministro israelí de seguir adelante con su viaje a la Asamblea General de la ONU a pesar de la escalada de los combates con Hezbolá “formaba parte de una distracción” para “adormecer” a Nasralá y hacerle creer que Israel no le atacaría mientras el primer ministro estuviera en Nueva York. Pero lo hizo: al rato del ataque, la oficina del primer ministro publicaba una fotografía de Netanyahu hablando por teléfono en su habitación de hotel y dando el ‘sí’, desde los aledaños de las Naciones Unidas, a la ristra de bombardeos que sacudió Beirut este viernes.

Netanyahu autorizando por vía telefónica desde Nueva York el bombardeo en Dahie.

Netanyahu autorizando por vía telefónica desde Nueva York el bombardeo en Dahie. Efe

Matar o incapacitar a Nasralá supondría un duro golpe para Hezbolá, un partido-milicia dirigido por el mismo hombre desde hace 32 años. Sustituirlo supondría un reto aún mayor ahora que en cualquier otro momento de los últimos años: los recientes ataques israelíes han acabado con la vida de la práctica totalidad de los altos mandos de Hezbolá, a excepción de Hashem Safieddín, primo de Nasralá y miembro del Consejo de la Yihad del partido.

Safieddín es, de hecho, el nombre que más suena entre los posibles sucesores de Nasralá. Pero de él tampoco se conoce aún el paradero. Aunque la misma fuente cercana a Hezbolá que dio por vivo a Nasralá afirmó la tarde del viernes que estaba “a salvo” después del bombardeo en el Dahie, ni el grupo lo ha corroborado ni los medios israelíes parecen aceptar esa versión.

Al Times of Israel le dijo un oficial del Ejército horas después del ataque: “Es muy difícil imaginar que salga vivo de un golpe así”. Y Daniel Hagari, portavoz de las Fuerzas de Defensa Israelíes, celebró que el bombardeo había atizado a su objetivo “con muy alta precisión”.

Hasta ahora, los ataques de las FDI en Beirut habían sido “asesinatos selectivos” de altos mandos de Hezbolá, aunque han llevado tras de sí la muerte de decenas de civiles. En el caso de los ataques de este viernes, fuentes del Ministerio de Defensa israelí citadas por Haaretz estiman que haya habido un total de 300 víctimas mortales del ataque en el Dahie.

El último error de cálculo de Israel en la capital libanesa fue el pasado 23 de septiembre, cuando el Ejército lanzó una operación de ‘eliminación objetiva’ contra Ali Karaki, líder militar de la Fuerza Raduán tras el asesinato de Ibrahim Aqil tres días antes. Karaki, que ahora es considerado el tercero a la cabeza de Hezbolá, sigue vivo según el partido-milicia.

Durante la madrugada del sábado, los ataques no cesaron en los barrios del sur de Beirut contra supuestos arsenales de misiles antibuque escondidos en distintos puntos del Dahie. Tampoco en el sur del Líbano.

A las dos de la madrugada, el Ejército israelí confirmó haber “eliminado” al comandante de la unidad de misiles de Hezbolá, Muhamad Ali Ismail, y a su segundo, Hoséin Ahmed Ismail. Hezbolá también reivindicó varios ataques con cohetes contra Israel en las horas posteriores al ataque de Beirut, en señal de que el partido aún puede llevar a cabo este tipo de operaciones después de que Israel dijera que había atacado su centro de mando.