Más de la mitad de los israelíes quiere parar la guerra de Gaza, pero no en Líbano ni contra Irán si Hezbolá sigue atacando
- Las encuestas más recientes certifican la popularidad interna de la guerra contra Hezbolá, el pujante apoyo a Netanyahu y la división sobre Gaza.
- Más información: Mosab Hassan Yousef, hijo de Hamás: "Espero que esta guerra nos lleve a la eliminación de Hezbolá"
Hace un año y un día, Israel sufrió el peor atentado de su corta historia como nación. La organización terrorista Hamás, regidora de la Franja de Gaza desde 2006, aprovechó un fallo de seguridad para asaltar las poblaciones colindantes, cobrarse la vida de más de 1.200 personas y secuestrar a más de 250, de las que 101 siguen como rehenes. El primer ministro, Benjamin Netanyahu, se propuso la eliminación de Hamás como fuerza operativa y el resultado es conocido: durante once meses, las tropas israelíes han destruido en el proceso más de la mitad del territorio gazatí, y han causado más de un millón y medio de desplazados y la muerte de decenas de miles de civiles.
En estos doce meses, Netanyahu ha sufrido la presión de buena parte de sus aliados occidentales y de los familiares de los rehenes, como en las protestas de ayer en el país, para propiciar un alto el fuego.
Ayer, en un comunicado publicado por la Casa Blanca, el presidente Joe Biden volvió a incidir en que “demasiados civiles han sufrido demasiado durante este año y decenas de miles han muerto, un saldo humano que se ha agravado aún más por los terroristas que se esconden y operan entre personas inocentes”. Biden, continuó, seguirá trabajando “para lograr un acuerdo de alto el fuego en Gaza que permita el regreso de los rehenes, un aumento de la ayuda humanitaria para aliviar el sufrimiento, garantice la seguridad de Israel y ponga fin a esta guerra”.
No hay indicios de que Netanyahu, volcado en el frente del Líbano, vaya a acceder pronto a las peticiones estadounidenses, incluso a la voluntad mayoritaria de sus ciudadanos. La última encuesta del Instituto para la Democracia de Israel, publicada ayer, sostiene que el 53% de los israelíes están a favor del cese de la violencia, al menos en Gaza. Pero el estudio hace distinciones de interés. Hasta el 93% de los araboisraelíes consultados respaldan el alto el fuego. A la misma pregunta, sólo el 45% de los judíos dan la misma respuesta.
A las cuestiones sobre la solución de los dos Estados, promovida por países como España, el 61% de los judíos del país se niega. Al contrario, nueve de cada diez árabes dan su visto bueno. Es más, cuatro de cada diez judíos prefieren que este territorio palestino permanezca bajo control israelí cuando acabe la guerra. La extendida desconfianza en la Autoridad Palestina pesa en las respuestas.
Como sea, hay dos razones fundamentales para pedir el alto el fuego en Gaza. La más popular es la vuelta de los rehenes a casa, argumentada por el 53% de los participantes. El siguiente motivo es que Israel, consideran, debe priorizar el frente del Líbano. Y este apunte es importante. Cuando se cerró la encuesta, todavía no habían estallado los buscas de Hezbolá, Hasán Nasralá y el resto de la cúpula de la milicia islamista vivían y los aviones de combate sobrevolaban Beirut sin bombardearlo.
Hay más datos valiosos en las encuestas publicadas recientemente en Israel. El último informe del Centro de Seguridad y Asuntos Exteriores de Jerusalén recoge que dos de cada tres ciudadanos apoyan un ataque directo contra Irán si Hezbolá continúa atacando el norte del país, igual que en los once meses anteriores, obligando a desplazar a áreas más seguras a unas 60.000 personas. Lo curioso es que estas preguntas se hicieron antes de que Irán, efectivamente, lanzara 200 misiles contra Israel la semana pasada.
Cuando entran en los detalles, el 37% de los encuestados ponen como condición que Estados Unidos los acompañe en los golpes. Y en esta cuestión no hay diferencias tan amplias entre judíos (39%) y araboisraelíes (29%). Todos estos datos son coherentes con un fenómeno registrado en el último mes. La popularidad de Netanyahu, atosigado antes del 7-O por su polémica reforma judicial y después por los fallos de seguridad que permitieron el ataque, ha mejorado.
De modo que, si hubiese elecciones mañana, el Likud, su partido, seguiría en lo alto del podio y con más escaños para gobernar con su actual coalición de cuatro, sostiene una encuesta reciente de Channel 12. Y algo más: la consulta encargada por el diario Maariv antes de la campaña del Líbano reveló que el 47% de los israelíes ven a Netanyahu, a quien el fiscal de la Corte Penal Internacional reclama, como el hombre más indicado para dirigir el país. Su principal adversario, Yair Lapid, se queda rezagado, en el 34%.