Agencias

Este miércoles, el Ejército israelí ha visto las primeras muestras de disidencia desde que empezó la guerra en Gaza. En total, unos 130 soldados israelíes se han opuesto a seguir combatiendo en el enclave palestino porque, sostienen, los combates representan una "sentencia de muerte" para los 101 rehenes que aún siguen en manos de Hamás.



"Está claro que la continuación de la guerra en Gaza no solo retrasa el regreso de los rehenes sino que también pone en peligro sus vidas: muchos rehenes han muerto por los bombardeos de las FDI (fuerzas armadas), muchos más que los que han sido rescatados en operaciones militares", han detallado en una carta enviada a las autoridades israelíes. 

"Nosotros, que hemos servido y seguimos sirviendo con dedicación, arriesgando nuestras vidas, anunciamos que si el Gobierno (israelí) no cambia de rumbo inmediatamente y trabaja para lograr un acuerdo para traer a los rehenes a casa, no podremos seguir sirviendo", continúa el texto.

Sus palabras llegan dos días después del primer aniversario de los ataques de Hamás del 7 de octubre que dieron inicio a la guerra en Gaza, cuando 251 rehenes fueron secuestrados por miles de milicianos en territorio israelí, de los que 97 continúan retenidos en el enclave, además de otros cuatro que llevan años.



En la guerra solo ha habido una tregua de una semana a finales de noviembre, durante la que 105 rehenes fueron liberados a cambio de 240 prisioneros palestinos, recoge Efe.



Al menos otros seis cautivos han sido asesinados accidentalmente por el Ejército israelí, mientras que entre la treintena de los cautivos que las fuerzas israelíes estiman que ya estarían muertos algunos habrían fallecido por los incesantes ataques aéreos de Israel, según Hamás.