Más de 20 personas han muerto en Gaza esta madrugada de lunes en varios bombardeos israelíes contra una escuela que albergaba a cientos de familias desplazadas cerca de la zona de Al-Mufti, al norte del campo de refugiados de Al Nuseirat, en el centro de la Franja palestina, y contra un hospital.
Según informaron medios locales palestinos, que citan a supervivientes, la artillería israelí apuntó directamente a la concurrida escuela con múltiples proyectiles. En la escuela han muerto al menos 19 personas.
Este mismo domingo, el Gobierno de la Franja, en manos de Hamás, anunció que más de 300 palestinos han muerto en el norte de Gaza en ataques israelíes desde que Israel inició una nueva operación terrestre en la zona el pasado 6 de octubre.
El otro ataque fue dirigido contra tiendas de desplazados en el hospital Mártires de al Aqsa, en el centro de Gaza, donde han muerto al menos cuatro personas y 40 han resultado heridas.
El bombardeo impactó contra las tiendas de campaña de los desplazados dentro del hospital, ubicado en la localidad de Deir al Balah. Se trata de la séptima vez que Israel ataca el mismo centro, dijeron las autoridades gazatíes en un comunicado.
El Ejército israelí (IDF, por sus siglas en inglés) confirmó, en un comunicado divulgado en la madrugada del lunes, haber lanzado un "ataque preciso contra terroristas" que operaban un centro de mando dentro del hospital.
El hospital era "utilizado por terroristas de Hamás para planear y ejecutar ataques terroristas contra las IDF y el Estado de Israel", añade el comunicado, una frase que las fuerzas israelíes repiten siempre que atacan infraestructura civil en Gaza.
El ataque se produjo poco después de que un bombardeo israelí contra la escuela Mufti, que también acoge desplazados en el campamento de refugiados de Nuseirat (centro de Gaza), dejara más de una veintena de muertos y decenas de heridos, recoge la prensa palestina.
Desde que Israel lanzó su ofensiva contra Gaza hace un año, más de 42.200 personas han muerto y otras 98.400 han resultado heridas, mientras que las autoridades estiman que más de 10.000 cadáveres continúan entre los escombros del devastado enclave.