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Agam Berger, soldado liberada, con un cartel: "La fe fue el camino que elegí y por el camino de la fe volví. Gracias al pueblo de Israel y a los héroes de las Fuerzas de Defensa de Israel, no hay nada como ustedes en el mundo" Reuters
Indignación en Israel ante la humillante liberación de dos de sus rehenes que deja el alto el fuego con Hamás en el alambre
Aterrorizados, rodeados de terroristas con metralletas y entre una multitud descontrolada, Arbel Yehoud y Gadi Mozes fueron entregados en Jan Yunis.
Más información: Hamás libera a 8 rehenes más: tres israelíes, entre ellos la soldado Agam Berger, y cinco tailandeses secuestrados el 7-O
La preocupación en Israel por las continuas demostraciones de fuerza de Hamás desde la primera entrega de rehenes a la Cruz Roja el domingo 19 de enero se ha convertido en auténtica indignación tras ver el trato recibido por Arbel Yehoud y Gadi Mozes en Jan Yunis. Ambos civiles fueron obligados a caminar entre una masa descontrolada, recibiendo todo tipo de insultos y rodeados por varios hombres enmascarados, con uniformes de Hamás y de la Yihad Islámica, que emitían salvas con sus metralletas para amedrentar a los rehenes y dejar claro su poder ante la turba.
Situación parecida se vivió en Jabalia, al norte de Gaza City, donde la soldado israelí Agam Berger tuvo que hacer el paripé de subirse a un podio delante de cientos de gazatíes y saludar sonriente siguiendo las indicaciones de los terroristas. El primer ministro, Benjamin Netanyahu, calificó estos actos como “una nueva muestra de la inconcebible brutalidad de la organización terrorista Hamás” y añadió que “cualquiera que intente hacer daño a nuestros rehenes pagará por ello”.
De hecho, Tel Aviv suspendió durante varias horas la liberación de los 110 presos terroristas que debían salir a la calle este jueves según el acuerdo de alto el fuego. Netanyahu pedía garantías a los mediadores de que estos incidentes no se repetirían en las futuras entregas y al final dijo haberlas recibido. Más bien parece un gesto de cara a la galería para calmar a su opinión pública y acallar las voces de la ultraderecha religiosa que le acusan de debilidad por sus pactos con los terroristas y la liberación de decenas de prisioneros con delitos de sangre en sus condenas.
No es este el primer choque entre ambos bandos en estos escasos once días de tregua: Israel va abriendo y cerrando el paso de palestinos hacia el norte de la Franja según considera que Hamás está cumpliendo o no con los requisitos del acuerdo. A su vez, los terroristas siguen jugando con las listas de rehenes y las entregas: de hecho, la liberación de Yehoud, Mozes y Berger viene motivada por la negativa de Hamás a incluir a la primera entre los liberados del pasado domingo, como había prometido a Israel.
Trump sigue presionando a Netanyahu
Todo esto no son sino muestras de lo precario del alto el fuego firmado y que se puede venir abajo en cualquier momento. Hamás se está fortaleciendo o al menos eso quiere hacer creer y llegará el momento en el que Israel tendrá que decidir si pone fin a ese rearme o si confía en que los países árabes y Estados Unidos se encarguen de ello. Las presiones son enormes desde Washington, como se demostró en el momento en el que el enviado especial de Donald Trump, Walter Witkoff, entró a formar parte activa de las negociaciones.
En una entrevista al medio de comunicación Axios, Witkoff señaló este jueves su satisfacción por cómo estaba funcionando la ayuda humanitaria, pese a las quejas de Hamás respecto a la actuación israelí en los corredores de Netzarim y Philadelphi. También lamentó la destrucción total de la Franja y cifró en unos diez o quince años el tiempo necesario para hacer de Gaza un lugar habitable. No quiso comentar la propuesta de Trump de enviar a los palestinos a Egipto y Jordania mientras se rehabilitan sus hogares.
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Militantes palestinos rodean a la rehén Arbel Yehoud antes de su entrega a la Cruz Roja en Jan Yunis. Reuters
En la Casa Blanca, se confía en que Netanyahu acepte no solo finalizar esta primera fase del alto el fuego, sino embarcarse en la segunda, mucho más delicada y que implicaría la retirada total de las FDI de Gaza a cambio de la liberación de prácticamente todos los rehenes restantes, vivos y muertos. Dar ese paso probablemente le costaría a Netanyahu los apoyos que le mantienen en el gobierno y Trump lo sabe, por eso ofrece a cambio la colaboración saudí para ampliar los Acuerdos de Abraham e incluir en ellos al país árabe. La administración Biden ya estuvo muy cerca de cerrar un acuerdo semejante, pero la masacre del 7 de octubre se llevó todos sus esfuerzos por delante.
Cinco tailandeses liberados en un acuerdo aparte
Sea como fuere, aún quedan en principio más de cuatro semanas garantizadas de tregua e intercambio de rehenes por prisioneros palestinos. La marcha de Itamar Ben Gvir del gobierno no ha desestabilizado políticamente a Netanyahu y tal vez eso le haga ser más valiente en el futuro. Sabe que, después de todo, si tiene que volver a las urnas con Hamás y Hezbolá diezmados, los rehenes en casa, el apoyo de los Estados Unidos y la posibilidad de una normalización con Arabia Saudí, sus posibilidades electorales son altísimas.
Junto a los tres rehenes israelíes, Hamás liberó también a cinco nacionales tailandeses que no estaban incluidos en el acuerdo con Tel Aviv. Se trata de trabajadores a los que el ataque de Hamás pilló en diferentes kibbutzim de la zona y que han permanecido más de 500 días secuestrados. En total, Hamás mató a 39 trabajadores tailandeses en su ataque del 7 de octubre y secuestró a 31. Veintitrés de ellos fueron liberados en el primer alto el fuego de noviembre de 2023 y de los ocho restantes, se cree que dos han muerto, lo que solo deja la duda de qué ha pasado con Nattapong Pinta.
Vídeo | Banderas, armas y un escenario: Hamás libera a la joven Agam Berger en un acto de propaganda
Con los ocho liberados de este jueves, ya son quince los rehenes que han podido salir del cautiverio de Hamás. Se espera que este sábado se sumen otros tres, aunque los terroristas ya han advertido de que, de los veintitrés israelíes restantes, un buen número de ellos están muertos. No se sabe aún el destino de Shiri Bibas y de sus dos hijos pequeños. Hamás publicó en su momento un vídeo en el que se informaba a su marido -también secuestrado- de la muerte de los tres, pero los servicios secretos israelíes nunca lo creyeron. Ahora, piden explicaciones de su paradero, aunque el hecho de que no estén en ninguna lista no invita al optimismo.