La celebración de San Fermín, en Pamplona, es una fecha marcada en el calendario de festejos de nuestro país. En algunas guías las incluyen entre las mejores para visitar. El imaginario popular las relaciona con Ernest Hemingway y su afición por los encierros. O por ese chupinazo con una marea blanquiroja en la plaza de la Casa Consistorial vibrando al ritmo de la pólvora y la música.
Por desgracia, a los Sanfermines también se les añaden escenas no tan lúdicas. De sobra son conocidos los episodios de acoso a mujeres, teniendo como dramático culmen el caso de La Manada. Entonces, cinco hombres violaron a una chica de 18 años en un portal de la capital navarra. Aquella madrugada se puso un punto negro en las fiestas nacionales, pero también se forjó una oleada de repulsa a este tipo de actos y de apoyo a quienes sufren cualquier tipo de abuso.
También juegan más factores en contra el pacífico desarrollo de las fiestas. A los encierros de primera hora le acompañan jornadas de actividades para niños, conciertos o buenos lugares donde probar platos de esta Comunidad Autónoma. En ocasiones, la variada oferta está acompañada de ingestas importantes de alcohol. Y este tóxico da pie a escenas no tan deseadas.
[Las mejores imágenes del segundo encierro de San Fermín 2023]
Este fin de semana, a tras solo tres días desde el comienzo de San Fermín tras el clásico chupinazo, las redes se han hecho eco de una de estas escenas lamentables. Se puede ver cómo, de noche -a una hora indeterminada, pero con bastante gente por la gente por la calle- comienza una trifulca a las puertas de un bar.
Un chico de camiseta azul y otro con una blanca se enzarzan con un grupo de gente. Este último está empapado en rojo y no es vino, sino sangre. En la calle San Nicolás, se enfrentan a un grupo de gente. Durante los casi dos minutos que dura el vídeo se les puede ver manteniendo unos segundos de tira y afloja.
Todo grabado y jaleado
Mientras por la calle se agolpan testigos y paseantes, ellos se dirigen insultos y se azuzan en busca de pelea. En un instante en el que aún no ha comenzado la reyerta, el encargado de grabar la secuencia sonríe a la cámara y les jalea. Al rato, hay un intercambio de empujones y, por fin, la pelea.
De repente, el varón con la camiseta ensangrentada se lía a puñetazos, revolcones y patadas con otra persona. Los asistentes evitan acercarse, pero todo se precipita: se escuchan ruidos de cristales y se puede ver cómo uno de los involucrados, el de la camiseta azul, yace en el suelo inconsciente. Varias personas se acercan a atenderlo, mientras sigue la grabación entre gritos de pavor.
A esta secuencia, propagada por redes, le han seguido decenas de comentarios censurándola. Algunos se fijan en los que graban, y dicen que es una consecuencia de una sociedad donde todo se retransmite, incluso perdiendo la perspectiva de lo humano. Otros han lamentado el incidente, alegando que San Fermín es mucho más, con ambiente festivo y positivo.
Y está quien les ha reconocido y cree que es algo, por desgracia, extendido. "Esos tíos estaban buscando pelea desde por la tarde que nos cruzamos con ellos y nos empezaron a molestar, pero nosotros pasamos de ellos. Se veía venir que iban a acabar así", dice uno. "Esto habrá pasado toda la vida, como ha pasado también en las piraguas del Sella. La diferencia es que ahora se retransmite en directo. Mejor así, porque es más fácil condenar y pillar a los responsables. Pero, vamos, que esto pasaba hace 30 años seguro", sentenciaba otro usuario.