5 laberintos vegetales en España en los que perderse
Originales, desafiantes, repletos de naturaleza… Estos laberintos que podrás encontrar en España merecen una visita.
12 noviembre, 2021 11:01Si después de descubrir los mejores parques y jardines de Madrid y los 10 parques naturales más bonitos de España te has quedado con ganas de descubrir más espacios de naturaleza, en los que disfrutar de tu tiempo libre y desconectar, esta vez te proponemos adentrarte y conocer algunos de los laberintos naturales más espectaculares de nuestro país. Lugares repletos de calles, desvíos, cruces y zonas cortadas, pero alejados del bullicio y repletos de vegetación y naturaleza.
Como si del mismísimo cuento de Alicia en el País de las Maravillas se tratara, estos laberintos conseguirán transportarte a un lugar de cuento, siendo el mejor divertimento para grandes y pequeños, en el caso de los laberintos abiertos a las visitas del público. En cuanto al resto, te recomendamos visitarlos y conocer un poco más sobre su historia, ya que contemplar estos recorridos es casi como disfrutar de una obra de arte de naturaleza. ¿A qué esperas para descubrirlos?
5 laberintos naturales en España en los que perderse
Laberinto de Villapresente (Cantabria)
Empezamos esta selección por uno de los laberintos más grandes de España y que encontrarás en Villapresente y muy cerquita de Santillana del Mar, en Cantabria. Un laberinto inaugurado en abril de 2017 que cada año, entre junio y finales de octubre, consigue convertirse en el pasatiempo favorito de muchas familias y que si quieres conocer tendrás que esperar a la Semana Santa de 2022 para adentrarte en él. Pero la historia de este laberinto tampoco pasa desapercibida y es que el operario de montes Emilio Pérez decidió lanzarse de lleno en este proyecto con la ayuda de vecinos, familiares y amigos, para convertirse en el dueño de este enorme laberinto de cipreses. Un laberinto en el que Emilio se inspiró en los jardines de la nobleza inglesa del pasado siglo y que con nada menos que 5.623 metros cuadrados y 4 kilómetros de pasillos, figura como uno de los más grandes de España.
El Capricho (Madrid)
Este enrevesado laberinto es una de las sorpresas que te esperan en el Parque del Capricho de Madrid. En este caso, se trata de un laberinto formado por un solo tipo de arbusto, en este caso el laurel, y para el que es necesario recorrer al menos 370 metros lineales. Aunque incluso a día de hoy su fecha de construcción no es conocida, lo que sí se cree es que este laberinto fue una de las primeras cosas que se crearon en la finca. A diferencia del de Villapresente, en este laberinto no se permite la entrada.
Laberinto del Parque de Horta (Cataluña)
Los inicios de este laberinto ubicado en Barcelona, están ligados a Juan Antonio Desvalls i Ardena, marqués de Llupià, de Poal y de Alfarrás; quien lo encargó crear en el siglo XVIII por el jardinero italiano Domenico Bagutti, como su propio jardín privado con el que impresionar a sus invitados. Un espacio que desde 1971 ha pasado a convertirse en parque público, pero con un aforo limitado. Un laberinto de cipreses, no muy extenso, que destaca sobre todo por sus cuidados elementos decorativos, entre ellos una estatua de Eros que se encuentra ubicada en el mismo centro del laberinto.
Laberinto de Tentegorra (Cartagena, Murcia)
Este laberinto situado en Cartagena, destaca por ser el laberinto vegetal más grande de España y también uno de los más grandes del mundo. Uno de los atractivos turísticos de la ciudad de Cartagena y de la misma región de Murcia, que se encuentra compuesto por una gran variedad de cipreses Leylandi de dos metros de alto, que hacen especialmente complicado a los visitantes poder orientarse dentro de él. Uno de los objetivos, además de conseguir salir por alguna de sus doce puertas, es llegar al mirador central desde el que se pueden admirar los diferentes caminos y recorridos que conducen a esas puertas ocultas.
Laberinto de la Granja de San Ildefonso (Segovia)
Este Palacio Real esconde en sus jardines un espectacular laberinto francés. Una impresionante obra vegetal compuesta por setos de carpe, diseñada por Dezallier d’Argenville en 1713 y cuyo tamaño puede compararse con el de dos campos de fútbol. Un laberinto que ha conseguido también recuperarse, después de años de abandono y que desde 1993 se ha orientado al disfrute del público, pero que actualmente se encuentra cerrado temporalmente.