Si eres una de las muchas personas que se están planteando disfrutar de sus próximas vacaciones en algún destino europeo, acatando las restricciones de entrada propias de cada país. Civitatis, la empresa líder en la venta de visitas guiadas, excursiones y free tours en español por todo el mundo, ha preparado un listado con una decena de ciudades europeas de tamaño medio o pequeño, ideales para ser visitadas, exprimidas y disfrutadas al máximo en tan solo un día.
Los destinos europeos que puedes visitar en 24 horas
1. Brujas
Esta ciudad belga es encantadora, y cuenta con un tamaño ideal para ser visitada sin problema en menos de 24 horas. En el centro histórico de Brujas se encuentran la catedral y la Iglesia de Nuestra Señora, que alberga una obra del gran maestro Miguel Ángel, la Madonna de Brujas. El casco antiguo puede recorrerse en poco tiempo, y caminando por él es posible disfrutar de lugares como la Grote Markt o Plaza Mayor, la imagen más característica de Brujas, donde se encuentran edificios emblemáticos como el campanario o el Juzgado Provincial. Una vez descubiertas todas estas maravillas, aún sobra tiempo para adentrarse en una cervecería y probar la famosa cerveza de Flandes o, para los golosos u abstemios, sentarse en una de sus coquetas cafeterías y probar los dulces elaborados con delicioso chocolate belga.
2. Siena
Esta preciosa ciudad medieval puede verse en 24 horas, ya que sus principales atracciones, como la Catedral, la Piazza del Campo (donde se celebra el famoso Palio de Siena) o la Torre del Mangia se apiñan en su extraordinario centro histórico. Es posible viajar al pasado perdiéndose por sus maravillosas calles empedradas, en las que aún se respira el ambiente del Renacimiento, el Barroco y sus artistas.
3. Tallín
A pesar de ser la capital de Estonia, Tallín es una ciudad tan pequeña que puede verse en un día. Lo que destaca de ella es la Ciudad Vieja, que parece sacada de un cuento de los hermanos Grimm. Paseando por este laberinto de casitas y edificios de colores se descubren rincones tan mágicos como el pasaje de Santa Catalina, un callejón medieval con tiendas de artesanía, o los dos torreones de la Viru Gate, la puerta de entrada a la Ciudad Vieja. Por supuesto, ninguna visita estaría completa sin pasar por el mirador de Kohtuotsa: las vistas de la Ciudad Vieja desde aquí son impresionantes.
4. Colmar
Colmar es perfecta para visitarla en tan solo 24 horas. Pequeña y preciosa. ¿Qué más se puede pedir? Esta ciudad de Alsacia ha adquirido gran popularidad en los últimos años porque se la suele identificar con el pueblo donde vive Bella, de La Bella y la Bestia.
Disney nunca ha confirmado que la aldea de Bella sea Colmar, pero de lo que no hay duda es que es una ciudad de cuento de hadas. Su curiosa arquitectura de estilo gótico germánico y renacentista es fruto de la influencia alemana y francesa, y se ha convertido en seña de identidad de Colmar. El broche de oro son sin duda sus canales, que han hecho que también se la compare con otras ciudades como Venecia o Ámsterdam (salvando las distancias).
5. Bergen
Se la considera la ciudad más bonita de Noruega, y a quienes lo afirman no les falta razón. El epicentro de la vida de Bergen es el puerto, con sus muelles llenos de pubs y terrazas y sus casitas de madera. Perderse por sus callejones, visitar la antigua lonja de pescado o tomar el funicular hasta lo alto de la colina de Fløyen para admirar el entramado de fiordos son algunas de las actividades que se pueden hacer en esta preciosa ciudad noruega. ¡Todo en un solo día!
6. Cesky Krumlov
Cesky Krumlov es una joya escondida de Bohemia, en República Checa. Es una pequeña ciudad rodeada por el río Vltava y coronada por un impresionante castillo del siglo XIII, el segundo más grande de todo el país. Dentro de sus murallas se encuentra la iglesia de San Vito y un extenso jardín de estilo rococó. Cesky Krumlov también alberga un museo dedicado al pintor expresionista Egon Schiele, aprendiz de Klimt.
7. Nantes
La elegante ciudad francesa de Nantes es otra opción para visitar en 24 horas. En esta coqueta localidad a orillas del río Loira se pueden admirar sus palacetes y castillos e ir de compras al fantástico Pasaje Pommeraye, una de las galerías cubiertas más bonitas de Francia.
Nantes es la ciudad de los duques de Bretaña, que vivieron en su castillo, ahora remodelado y que es una de las atracciones principales para visitantes. La otra es sin duda la Isla de las Máquinas, un parque temático de máquinas zoomorfas inspiradas en el imaginario del escritor Julio Verne, natural de esta ciudad.
8. Galway
A pesar de ser pequeña, Galway es la tercera ciudad más poblada de Irlanda, país que reabrirá sus fronteras al turismo internacional el próximo 19 de julio. Esta antigua aldea de pescadores es ahora una ciudad llena de vida que goza siempre de un ambiente animado y juvenil, al ser una ciudad universitaria. Es fácil de ver en solo 24 horas ya que sus principales atractivos turísticos se concentran alrededor de Shop Street, su calle principal: el Spanish Arch, la catedral de San Nicolás, el Hall of the Red Earl, el mercado y el castillo de Lynch. Y por supuesto, la orilla del río y sus características casitas de colores.
La parte cultural se puede ver en una mañana, así que la tarde puede dedicarse a tomar unas pintas en uno de los animados pubs tradicionales del Latin Quarter.
9. Breslavia
Breslavia (o Wrocław, en polaco) es la pequeña Cracovia, como algunos la llaman. Fue declarada Capital Europea de la Cultura en 2016, lo que hizo que esta bella ciudad de edificios de estilo gótico fuese conocida en todo el mundo.
Otro de los aspectos por los que se conoce a Breslavia es por ser la ciudad de los duendes. Paseando por el centro histórico el turista se encuentra con estos pequeños duendes de bronce en las actitudes más variopintas: durmiendo, bebiendo cerveza, ¡y hasta conduciendo una moto!
10. Bath
Bath lo tiene todo: tamaño ideal, cultura y arquitectura a partes iguales. Está situada a solo unas dos horas de Londres, por lo que merece la pena pasar un día en la ciudad donde Jane Austen vivió durante varios años.
Su principal atractivo son sin duda las termas romanas, aún en funcionamiento. Se trata de un magnífico ejemplo de conservación y arquitectura romana, y un lugar idílico que te transporta muchos siglos atrás. Pero Bath tiene muchas otras cosas que ofrecer aparte de los baños: templos romanos, la abadía gótica, la Royal Crescent o los jardines Sydney, por los que solía pasear la escritora Jane Austen.