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Un video subido recientemente a la red social con más seguidores de la actualidad, TikTok, ha levantado una gran controversia ya que, según su protagonista, un carnicero muy activo en este canal, ha desvelado una práctica muy común en muchas carnicerías

El indignado carnicero asegura que esta práctica, muy podría estar afectando a miles de consumidores. En el video, el carnicero denuncia lo que él llama "la mayor estafa de la historia en las carnicerías". 

Un truco que muchos desconocen y que la gran mayoría de establecimientos de este hacen con los clientes: que estos paguen por el total de la carne que en realidad nunca se llevan. 

La denuncia del carnicero

En el video, el carnicero comienza explicando una situación común que ocurre cuando un cliente pide que le corten una pechuga de pollo en filetes. "Tú vas al carnicero y le dices, 'dame una pechuga de pollo y me la haces filetitos'", comienza el profesional, mostrando cómo se realiza el corte.

"Te coge el tío, la pechuguita de pollo, te la pesa, llega aquí (dice depositando la pieza de carne sobre la encimera de la tienda) y comienza a trabajar", comenta mientras filma el proceso, cortando la pechuga de pollo, retirando partes de la carne que, según él, no son desperdicios, pero sí que son consideradas como tal.

El problema resulta que te han cobrado la pieza completa, teniendo en cuenta también esas partes que los profesionales, por lo general, desperdician. El resto, los trozos que se retiran durante el proceso de fileteado, no solo se tiran, sino que, en muchos casos, también se cobran como si fueran parte del producto original.

"La mayor estafa de las carnicerías"

El carnicero continúa explicando en el video que, cuando los clientes piden que les corten una pieza de carne en filetes, muchas veces lo que sucede es que la carnicería no hace un descuento proporcional a las partes de la carne que no se aprovechan.

"A veces, especialmente en el solomillo o pluma de pollo, el filete se rompe. Pero es que eso también está pesado", señala el carnicero, mostrando cómo pequeñas partes de la carne, que en realidad son "desperdicios", se pesan y se venden como si fueran parte de la pechuga de pollo entera.

Esto puede parecer insignificante a primera vista, pero el carnicero aclara que es una práctica generalizada en muchas carnicerías. "Poca gente he visto que te lo haga como yo. Que te recorta, te hace los filetes y una vez que estén hechos los filetes, te los pesa", afirma, dejando claro que hay una gran diferencia entre lo que él hace y lo que otros profesionales del sector hacen a la hora de cortar y vender carne.

"Parece que no, pero es que 60 gramos tuyos, 60 gramos del otro, 60 gramos de tu vecina... al fin de año, a lo mejor es una pasta", comenta con evidente frustración. "Lo que os digo... estoy bastante cabreado."