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Si te digo que tienes en tu coche un invento millonario, ¿en qué es lo primero en lo que piensas? Seguramente tu cabeza te llegue algo relacionado con la tecnología que han transformado la forma en la que conducimos y mejorado nuestra seguridad y comodidad.

Es posible que se te haya venido a la mente el airbag o el GPS, sistemas ambos revolucionarios en su momento y absolutamente imprescindibles en la conducción de hoy.

Si eres un poco más aficionado a los coches, puede que hayas ido un paso más allá y hayas pensado en inventos más sofisticados, como las cámaras para poder ir marcha atrás, los sensores de estacionamiento o el control de crucero adaptado.

Pues no, seguramente el invento más revolucionario en toda la historia de la automoción... son los limpiaparabrisas. Sí, tal cual lo lees.

Es al menos los que nos explica el canal de divulgación científica de TikTok 'Quantum Fracture' que desde su viral cuenta de TikTok, seguida por más de 600.000 usuarios, comparten curiosidades y datos tan interesantes como este.

"El limpiaparabrisas de tu coche esconde un invento millonario. Piensa en la velocidad más baja, esa en la que se para un rato entre pasada y pasada", comienza diciendo el vídeo en cuestión.

"En los años 60 no existía nada parecido. Una vez activadas, las escobillas nunca dejaban de moverse, algo muy molesto cuando no llueve demasiado", contextualiza este divertido canal.

"Los ingenieros buscaban un sistema que funcionara de manera intermitente, como el parpadeo de nuestros ojos, y un profesor universitario, Robert Kearns, vio la solución. Creó un circuito electrónico con componentes muy simples: un transistor, un condensador y una resistencia variable", explican.

Así pues, al cargarse y descargarse el condensador, se activaba y desactivaba el transistor, que funcionaba como un interruptor para encender el motor del limpiaparabrisas. Con la resistencia variable, se podía controlar cuánto tiempo pasaba entre barridas.

La historia no acaba aquí. Y es que Kearns patentó su sistema y quiso vendérselo a Ford. Aunque al principio parecían muy interesados, acabaron dándole calabazas y copiándole la idea, al igual que el resto de compañías. Sin embargo, él decidió demandarlas y acabó sacando unos 30 millones de dólares por eso, nos dicen en el vídeo.