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España es uno de los principales destinos turísticos del mundo. Los aeropuertos españoles, como Adolfo Suárez Madrid-Barajas y El Prat de Barcelona, son verdaderos centros de conexión internacional, gestionando millones de pasajeros anualmente. En 2023, España registró más de 200 millones de pasajeros, evidenciando la magnitud de su conectividad aérea.

Esta popularidad se debe, en cierta forma, debido a las aerolíneas de bajo coste o low-cost, que ofrecen billetes a precios muy económicos, permitiendo que un fin de semana en París o Roma sea casi tan accesible como un viaje en tren a otra región.

Sin embargo, esta proliferación de vuelos y la creciente facilidad para trasladarse también ha supuesto que los aeropuertos rebosen de gente y, según la tiktoker María Alarcón, muchas de las personas que acuden "se le olvidan las normas básicas de convivencia humana".

"Un poco desorientados"

María Alarcón es una andaluza que vive en Barcelona y que narra a través de su cuenta de TikTok (@mafipy) su día a día. La española explica que, desde hace muchos años, tiene que viajar mucho en avión para ver a su familia y que una de las cosas que más odia de ellos, es la gente.

"Tengo la teoría de que la gente viene al aeropuerto y de repente, se vuelve tonta", dice, "no es normal las cosas que yo me he encontrado". La española explica que ella entiende que hay mucha gente que no viaja habitualmente y que cuando llegan se encuentran perdidos; sin embargo, no se refiere a ellos.

"Me refiero a la gente que se le olvida las normas básicas de convivencia humana", indica. Entre los ejemplos que pone María, por ejemplo, las personas que se paran en medio de sitios muy específicos, como las escaleras mecánicas.

Además, la española cuenta que justo en el mismo día, le han atropellado con una maleta. "Una señora de la nada ha empezado a andar, pero mirando para atrás, y me ha atropellado con una maleta más grande que yo. Le da a una persona mayor o a un niño ¿y qué?", narra.

En los comentarios, todo el mundo apoya la teoría de María. Tanto, que hay quienes confiesan haber trabajado en el aeropuerto y confirman lo que dice la española.