Nadie dijo que la crianza de los hijos fuera fácil. De hecho, puede convertirse en todo un desafío. Sin embargo, un video publicado recientemente en TikTok por un pediatra ha captado la atención de miles de padres al abordar una situación tan cotidiana como importante: los llantos nocturnos de los niños pequeños.
Su mensaje directo, con cierto aire conmovedor, ha "calado hondo", recordando lo importante que es estar presentes en la vida de nuestros hijos, especialmente en sus primeros años de vida, cuando los padres son sus mayores referentes.
El video invita a reflexionar sobre qué tipo de educación se le da a los hijos actualmente, en un mundo en el que todo se soluciona a base de premios. El experto recuerda que los niños pequeños no lloran para manipular, sino para expresar necesidades emocionales genuinas. Responder con paciencia y amor no solo calma su llanto, sino que también construye una base sólida para su desarrollo emocional.
¿Qué nos están diciendo los niños cuando lloran de noche?
"Cuando tu hijo de dos años llora a medianoche, no te está pidiendo ni un juguete ni un dulce. Solo pide que vayas", afirma el pediatra en su video. Este mensaje desafía la creencia de que los niños lloran para manipular o exigir cosas materiales. En cambio, subraya una necesidad mucho más profunda: el consuelo y la seguridad que brinda la presencia de los padres.
El pediatra explica que intentar solucionar los llantos con promesas materiales no solo es ineficaz, sino que puede generar un efecto contrario. "Si le dices: ‘Cariño, papá y mamá tienen que dormir. Si durante toda esta semana no lloras por la noche, te compraré un triciclo o te llevaré a Disneylandia’… no va a funcionar", asegura.
Según su experiencia, los niños pequeños continuarán llorando porque su necesidad real no es un premio material, sino el apoyo emocional de sus cuidadores.
¿Por qué no funcionan los tratos con los niños?
Para los niños que aún no comprenden del todo las reglas de los incentivos, llorar es una forma primaria de comunicarse. Incluso los niños más grandes, que pueden entender las promesas, terminarán frustrados si no logran cumplir con las expectativas que se les imponen.
"Aguantarán durante unos minutos o unas horas, y al final acabarán llorando el doble, conscientes de que se han quedado sin bicicleta", explica el pediatra. Este enfoque no solo es ineficaz, sino que también puede generar sentimientos de fracaso y confusión en los niños.
La clave para entender el mensaje de este profesional es reconocer que los niños pequeños buscan seguridad y conexión emocional, especialmente en momentos de vulnerabilidad como la noche. "Tu hijo no te está pidiendo ni juguetes, ni diversiones, ni dulces. Tu hijo te está pidiendo tu presencia, tu atención y tu tiempo", enfatiza.
Esta perspectiva nos hace a replantearnos cómo reaccionamos ante los llantos de los hijos, ya se de noche en cualquier otra situación. En lugar de intentar solucionarlos con promesas o estrategias, el simple acto de acudir, abrazar y calmar a tu hijo puede tener un impacto significativo en su bienestar emocional. Estar presente en estos momentos fortalece el vínculo entre padres e hijos y les enseña que pueden confiar en nosotros.