Una española que vive en Suiza desvela la norma que tienen los diputados suizos: "En España hablan demasiado"

Es uno de las principales lacras que tenemos en nuestro país. El ruido político en España tan tóxico, que polariza a la sociedad, fomentando divisiones profundas. Los debates dejan de centrarse en propuestas y soluciones, para enfocarse en ataques personales o ideológicos. 

En multitud de ocasiones, son los propios políticos los que alimentan este ruido para obtener réditos electorales, utilizando discursos cargados de emotividad o confrontación.

Estas tácticas distraen a la ciudadanía de los problemas reales, como la economía o los servicios públicos, y convierten la política en un espectáculo mediático más que en un proceso de gestión responsable.

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Y es que este constante enfrentamiento crea una sensación de agotamiento y frustración en la población, que percibe la política como un terreno hostil e improductivo. Esta dinámica puede llevar a la desafección ciudadana, reduciendo la participación electoral y el compromiso con los procesos democráticos.

¿Pero, es así en todos los países o sólo ocurre en España?, ¿qué sucede en naciones con una sólida cultura democrática, como puede ser el caso de Suiza?

Escrapalia

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Nos lo explica la tiktoker Carla Nebulosa, española viviendo en Suiza, que en su canal de la red social china nos trae anécdotas, curiosidades y reflexiones sobre el país helvético tan curiosas como esta.

"Esta regla es una fantasía para cualquier español, acostumbrado al ruido constante de los políticos", nos dice esta española de esta norma parlamentaria que te va a dejar alucinando.

"En Suiza, los políticos nuevos no pueden hablar durante su primer mes en el Parlamento. Este tiempo lo usan para aprender las reglas, tanto escritas como no escritas, y para entender cómo funciona todo antes de abrir la boca", señala.

Lo cierto es que la original medida también ha generado sus malentendidos. "Esto ha creado algún que otro problema. En alguna ocasión, como en 2019, cuando la mitad del Senado eran nuevos, literalmente nadie podía decir nada", afirma.

Las comparaciones son inevitables, y Carla no puede evitar observar este hecho desde una perspectiva española. "En España estamos acostumbrados a que hablen mucho, y a veces incluso demasiado", bromea la creadora de contenido.