Las mandarinas son uno de los cítricos más populares en España, especialmente durante los meses de otoño e invierno, cuando su temporada alcanza su máximo esplendor. Este fruto, dulce y refrescante, es un compañero habitual en meriendas, postres y tentempiés gracias a su sabor inconfundible y su facilidad para pelarlas.
Además de su sabor, su alto contenido en vitamina C las convierte en una opción saludable para reforzar el sistema inmunológico, algo muy valorado en los meses más fríos del año. Sin embargo, no siempre es fácil dar con una mandarina jugosa y llena de sabor.
Tal y como pasa con otras frutas, es habitual llevarnos la decepción de encontrar una mandarina seca o con un sabor insípido, a pesar de que parecía prometedora desde el exterior. Esta dificultad para elegir una buena mandarina ha llevado a los fruteros y expertos a compartir trucos y consejos para evitar que una mala elección arruine la experiencia. Uno de los últimos lo comparte el frutero de TikTok, y solo tenemos que palpar los lados.
El truco del frutero de TikTok
Entre estos consejos prácticos, los fruteros han destacado un método sencillo pero eficaz: palpar la fruta. Según explican los expertos, esta técnica puede revelar mucho sobre la calidad del fruto y su nivel de jugosidad. La clave está en palpar suavemente los lados de la mandarina, si uno de los lados es notablemente más duro que el otro, es probable que el interior no esté en su mejor estado y que la mandarina esté seca.
Esta diferencia en la textura se debe a la distribución del jugo en el interior de la fruta. Una mandarina jugosa suele tener una presión uniforme en su piel, ya que los gajos están llenos de líquido y distribuidos de manera homogénea. Por el contrario, si un lado está más duro, podría indicar que hay gajos más secos o que han perdido parte de su jugo, lo que afecta tanto a la textura como al sabor.
El experto explica que la sequedad de la mandarina puede deberse a diferentes motivos, "falta de agua o ha hecho demasiado frío y se ha enfriado por ese lado". Además, el frutero abre otra de las mandarinas para demostrar la diferencia de si hay jugo o no en el interior de la misma.
Además de este truco, los expertos destacan otros tres elementos a los cuales hay que prestar atención, comenzando por la cáscara, en la que, más allá de su aspecto, hay que fijarse en su firmeza. Cuando se presiona la fruta, se debe encontrar un tacto que no sea ni demasiado blando ni muy dura, y además debe ser brillante y con aroma.
También es importante fijarse en el tamaño y el peso, siendo habitual que las piezas más pesadas y grandes posean en su interior una mayor cantidad de jugo, lo que hace que a su vez sean más dulces y sabrosas.
En tercer lugar, hay que fijarse en su color, comprobando que tenga un tono uniforme y esté libre de manchas o tonos marrones, ya que en este caso será un claro signo de que la fruta está pasada o ha comenzado a secarse. Si predomina el verde, significará que no está lo suficientemente madura.