Google también tiene un sistema de reciclado de agua: Te contamos cómo funciona
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Inmersos en plena sociedad de la información, diariamente consultamos nuestros perfiles en las distintas redes sociales, repasamos nuestro feed de noticias, o buscamos información sobre cualquier inquietud en cuestión de segundos (ya sea desde casa o desde nuestro smartphone). Bien es cierto que muchos de nosotros frecuentemente recaemos sobre la incesante labor que se gesta en los innumerables servidores que nos proporcionan toda esta información en breves instantes allá donde estemos, pero ya que hemos llegado hasta aquí, ¿por qué no interesarnos un poco más por lo que se esconde detrás de esos conocidos salones gigantes en los que se alojan las mismas máquinas que gestionan toda esa ingente cantidad de información?
Un centro de datos, simplificando mucho, no es más que un gran conjunto de ordenadores como el que probablemente estés usando mientras lees estas líneas, y como tal, este sistema necesita a su vez otro gran conjunto de mecanismos para refrigerar la temperatura que puede alcanzarse mientras operan. Aunque estemos hablando de instalaciones optimizadas para tal uso, la electricidad que pueden llegar a consumir estas máquinas es considerable, y por desgracia solo algunas empresas como Google pueden permitirse el lujo de preocuparse no solo por esta optimización, sino también por la repercusión que puede tener en el medio donde se instalan.
Nos situamos en el estado de Georgia (EEUU), en el cual Google tiene instalado uno de estos centros de datos nada más y nada menos que junto al río más importante de la zona, el río Chattahoochee. En su empeño por la sostenibilidad de una desmesurada potencia, mermando el impacto medioambiental que puede esperarse de tal ejercicio. Google nos detalla cómo utiliza un sistema de tuberías con ciclos de agua a diferentes temperaturas para refrigerar sus enormes servidores, logrando así aprovechar un 30% del agua que comúnmente iría a parar al propio río (previo tratamiento claro), para enfriar sus sistemas. Parte de este agua, una vez realizado su recorrido a través de los servidores, se libera en forma de vapor a la atmósfera, mientras que otra parte es vertida de nuevo al río, no sin antes haber pasado por un exhaustivo proceso de saneamiento que desinfecta y retira los posibles residuos sólidos del agua, llegando finalmente al río Chattahoochee limpia, clara y segura.
Esta tecnología también es usada en otras centrales de Google como la de Douglas, y según aseguran, gracias a este agradecido procedimiento cubren el 100% de las necesidades de refrigeración, las cuales de otra forma deberían hacer uso de combustibles tradicionales. En este vídeo los de Mountain View nos muestran el funcionamiento de una de estas centrales, y también de acuerdo con su filosofía, el toque de color con el que suelen mimar sus instalaciones.