Spotify se ha visto en el ojo del huracán en varias ocasiones, recibiendo críticas tanto de los artistas como de las grandes multinacionales, e incluso por parte de los usuarios. En una época en la que la piratería campa a sus anchas y en la que la industria discográfica no puede o no quiere encontrar el equilibrio justo entre proteger sus derechos y los de los aficionados, Spotify apareció como una alternativa legal pero con sus propios problemas.

Como sabéis, este servicio de streaming de música se financia con publicidad para la mayoría de los usuarios y con cuotas para los usuarios de pago. Una de las mayores críticas recibidas por parte de los artistas se refiere al reparto de esos ingresos, y no son pocos los que han acusado a la compañía de aprovecharse de su trabajo, considerando que reciben muy poco a cambio de la reproducción de su música. Las compañías discográficas han apoyado estas quejas, pese a que tienen buena parte de culpa del reparto injusto al ser las encargadas de pactar acuerdos con Spotify.

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Finalmente, y después de un tiempo recibiendo golpes, Spotify ha decidido dar su versión, y lo ha hecho con una página en la que explica cómo están divididos sus usuarios y cómo reparte los ingresos según varios factores. Basándose en esos datos, Spotify asegura que en realidad está ayudando mucho a la industria discográfica, llegando a mostrar datos según los cuales el usuario de pago de Spotify gasta mas en música que el usuario medio estadounidense.

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Sobre la crítica de que se queda el dinero de los artistas, Spotify asegura que el 70% de los ingresos van a parar a propietarios de derechos de autor, de los que los artistas forman parte. Bajo la etiqueta “propietarios de derechos de autor” hay muchas identidades. Están las discográficas, los editores, los distribuidores, e incluso artistas independientes. El 30% restante va a parar a Spotify.

Para decidir qué parte se lleva cada propietario, Spotify usa la popularidad del artista en cuestión respecto al total de reproducciones en Spotify. Por tanto, no depende del número total de veces que se haya reproducido una canción, sino de cómo se compara con el resto. Este puede ser el principal punto de conflicto con los artistas, ya que estos ven que con una gran cantidad de reproducciones sus beneficios no aumentan de manera espectacular, pero eso es porque otros artistas tienen incluso mas éxito.

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Esta fórmula refleja estas y otras variables a la hora de llegar al precio final; pero no es lo único a tener en cuenta, ya que de la cifra final también dependen detalles como en qué país se está reproduciendo la canción, el porcentaje de usuarios de pago respecto a los que escuchan publicidad, el valor de la moneda en cada país y los “royalties” de cada artista negociado.

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¿Cómo se refleja esto en dinero contante y sonante? Esta gráfica refleja los datos reales de algunos grupos y artistas durante Julio de 2013, cuyos nombres han sido cambiados por su género o nicho. Como vemos, varía desde los 3.300 dólares que consiguió un grupo independiente hasta los 450.000 dólares de un éxito mundial.

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Si eso es mucho o poco depende cómo lo comparemos con otros servicios. Según esta gráfica de Spotify, por cada millón de escuchas su servicio es mucho mas lucrativo que otros mas establecidos como la radio.

No estamos seguros de si estos datos serán suficientes para convencer a artistas y discográficas, pero lo que es seguro es que pintan un panorama muy interesante para el futuro de la música por streaming, un mercado en el que cada vez mas grandes de la industria están invirtiendo.

Fuente | Spotify