La máquina que "des-censura" el porno japonés
Probablemente los más pervertidos del lugar algunos sepáis de la doble moral que existe en Japón: por un lado son una sociedad de lo más liberal con cosas que difícilmente encontraríamos en otras sociedades, pero por otra parte tienes leyes tan restrictivas como las que obligan a los productores de cine erótico a censurar los genitales.
Es más, los encargados de este arduo trabajo son profesionales que pueden cobrar perfectamente 15 dólares por hora trabajada, y las películas que no están censuradas son para exportar o directamente ilegales (y hace poco la policía japonesa requisó 140.000 DVD sin censura en Osaka, para que os hagáis a la idea).
Nota: este artículo no es el más apropiado para leer en el trabajo o puede contener partes que los lectores consideren cuestionables
Durante la era Meiji (1868 – 1912), y para que el país se alineara con los valores occidentales y no chocaran frontalmente en vista de los extranjeros, Japón empezó a crear leyes contra la indecencia y la desnudez pública, leyes que EEUU dejó como estaban después de la segunda guerra mundial a pesar de que cambió unas cuantas. Esas leyes incluyen la anteriormente citada contra los genitales en las películas porno.
No todo el mundo odia esta censura en Japón: hay quien piensa que esta censura da para la imaginación y disfrutan con ella, pero hay otros que se muestran visiblemente en contra de la censura en las película eróticas, y con el objetivo de satisfacer sus necesidades surgieron las máquinas que ocupan el artículo hoy.
モザイク除去機 (mozaiku jyokyo-ki en romaji, máquinas de eliminación de mosaicos en español) son el nombre de las máquinas creadas hace décadas con la misión de borrar todo lo pixelado de las películas, para así dejar los genitales de actores y actrices a la vista del consumidor. Han estado a la venta durante años, su precio alcanza varios cientos de dólares dependiendo del modelo, y consisten básicamente en hacer pasar el vídeo por una caja llena de ruedas e interruptores.
Su funcionamiento consiste, básicamente, en marcar un sector de la pantalla para que lo despixele. Pero no lo hace automáticamente, sino que tenemos que marcar el sector por nosotros mismos con un joystick y una rueda de zoom. Y parecen funcionar y no funcionar, porque en Internet hay opiniones muy dispares.
Los que han tenido el placer (o la desgracia) de probar estas máquinas, afirman que la máquina en realidad funciona: reduce el mosaico a la mitad y compara el color con los que hay alrededor con el objetivo de recuperar información. Pero, por otra parte, el mosaico sigue ahí, y se hace un tanto complicado manejar el filtro con una sola mano.
Las películas eróticas actuales están creadas con un algoritmo que evitan que esto pueda pasar. Pero, con los tiempos que corren, no es de extrañar que haya software que asegure que borre lo pixelado y nos dejen con los genitales al aire. Por ello ya hay productores de cine para adultos en Japón que buscan a personas que, a tiempo parcial, se dediquen a pixelar a mano escenas de estas películas por unos 500-600$ al mes.
Aunque claro, también podríamos enseñar a introducir la palabra “uncensored” en las búsquedas a los aficionados japoneses al porno.
Fuente | Kotaku