Intentar analizar la conciencia humana es algo sumamente complejo, y peligroso, pues se ha intentado enfocar desde muchas perspectivas y ramas científicas. Pero ahora, gracias al trabajo de un grupo de físicos teóricos y neurocientíficos del MIT, es posible que obtengamos algunas respuestas: La conciencia es un estado de la materia.

La conciencia humana, ese ente desconocido

Según publica Max Tegmark, investigador del MIT, la conciencia sería un estado de la materia: “Así como hay muchos tipos de líquidos, hay muchos tipos de conciencia”. Según Tegmark, la conciencia podría ser descrita en términos de mecánica cuántica y teoría de la información, lo que permitiría abordar cientificamente el tema de la conciencia y porqué percibimos el mundo en las tres dimensiones clásicas (en lugar de las realidades infinitas que ofrecen muchos modelos de mecánica cuántica).

Por supuesto, hablar de la conciencia en términos científicos es verdaderamente complejo, pues el mismo método científico incluye que podamos experimentar con cosas observables y medibles en términos matemáticos, y la conciencia ha eludido sistemáticamente todos los esfuerzos por ser medida. Y claro, ver a un científico hablar sobre “la ciencia de la conciencia” podría costarle toda su credibilidad, de por vida. Sin embargo, es un tema que nunca desaparecerá de las conversaciones y que, por mucho que no podamos medirla objetivamente, está ahí. Tenemos sentimientos y “vida” (lo que se llamaría “alma”), algo que nos hace humanos. Ese algo es lo que hemos denominado conciencia. Al menos, ese es el nombre que recibe para poder entendernos.

Si, es posible que sea pretencioso e incluso absurdo por nuestra parte pensar que la conciencia es lo único que nos hace humanos, pero con la evolución de nuestra materia gris es inevitable plantearnos explicaciones a temas complejos como este, aunque de momento nuestro conocimiento no nos de para tanto.

Conciencia, cerebro y mecánica cuántica

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Ojo, porque yo no soy ningún experto en mecánica cuántica, y es un tema complejo. Pero empezando por los primeros intentos de Giulio Tononi (de la Universidad de Wisconsin-Madison) para hablar de la conciencia mediante la teoría de la información integrada o ITT, y siguiendo con la actual teoría de Max Tegmark del MIT y su teoría de la mecánica cuántica, puede que acabemos llegando a saber algo.

Tegmark describe la conciencia como un estado llamado “perceptronium“, que podría diferenciarse de otros tipos de materia (como sólidos, líquidos o gases) mediante los principios matemáticos del sonido.

El trabajo es lo que en mi pueblo llaman “una bestialidad“, pues se compone de 30 páginas de explicación. Sin embargo, el resumen es claro: En primer lugar habla de la teoría ITT de Tononi (donde los resultados de conciencia de un sistema se pueden almacenar y recuperarse grandes cantidades de información de forma eficiente), y posteriormente se mueve hacia su propia teoría del “perceptronium”, donde la sustancia más general es sentirse subjetivamente a uno mismo. Y esta sustancia no solo almacenaría y recuperaría datos, sino que sería indivisible y unitaria.

Aviso que el artículo es bastante complejo y se dedica sobre todo a describir el perceptronium en términos de mecánica cuántica, tratando de describir porque existimos y porque percibimos el mundo como lo percibimos, en lugar de verlo como un gran lío cuántico interconectado.

Tegmark no llega a explicar realmente porque existe la conciencia, pero si contribuye a demostrar que la conciencia se regiría por las mismas leyes físicas del resto del universo.

Si os sentís capaces, os invito a leer el trabajo original publicado en la Universidad de Cornell

Vía | ExtremeTech.