Casi cuatro meses después del anuncio oficial, el proceso de compra de Ono por parte de Vodafone está a punto de terminar. Hoy se ha saltado uno de los posibles obstáculos de la operación, al recibir la aprobación de la Comisión Europea; una adquisición de este calibre es inevitable que cambie el panorama del mercado español y europeo, así que era posible que fuese denegada en pos de proteger la competitividad y de evitar monopolios.

Sin embargo los comisarios europeos no lo han considerado un problema, así que Vodafone tiene vía libre para terminar el proceso. Con esta aprobación, ya apenas quedan detalles que repasar en el proceso, y por eso se espera que en apenas dos semanas se formalice la transición. En ese momento Ono será parte de Vodafone, con todo lo que ello conlleva.

Sin diferencias inmediatas para los usuarios

¿Y qué es exactamente lo que conlleva? Vodafone ha vuelto a reiterar la misma cantinela que lleva repitiendo desde que se anunció oficialmente la compra: los clientes de Ono no se verán afectados y seguirán disfrutando de los mismos servicios que hasta ahora, incluidas las líneas de soporte. Igualmente, tampoco se producirán cambios a corto plazo en la organización que seguirá trabajando como hasta ahora.

Con este mensaje Vodafone pretende calmar los ánimos de los usuarios de Ono, aunque tarde o temprano Ono tendrá que cambiar algo. Lo único que se indica al respecto es que ambas compañías “trabajarán en el diseño de una oferta comercial conjunta”; se espera que los protagonistas de esta oferta conjunta sean las conexiones 4G de Vodafone y la fibra óptica de Ono.

Fuente | Nota de prensa de Vodafone