El coche autónomo de Google puede pasar el examen de conducir, pero aún así recibe un volante
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Hoy es un día importante para el proyecto de coche autónomo de Google, con la puesta en marcha de una nueva regulación que obligará el uso de licencias especiales para este tipo de vehículos en el estado de California, EEUU; en la ley se incluye que los propietarios de estos vehículos tendrán que contratar un seguro de 5 millones de dólares para cubrir posibles desastres producidos por el sistema. Pero gracias a esto, de esta manera los desarrolladores podrán probar los vehículos en carreteras públicas, siempre y cuando cumplan ciertas condiciones para garantizar su seguridad y la del resto de conductores. Una de las razones por las que finalmente se ha dado el visto bueno a esta ley la tenemos que buscar en un test realizado en Nevada en 2012, y que se hizo público con cierta polémica detrás.
Un examen de conducir algo especial
Ese fue el primer examen de conducir a un coche autónomo de la historia, y la verdad es que podría haber sido peor. Con Chris Urmson, en la actualidad líder del proyecto, en el asiento del conductor por si ocurriese un fallo y con los examinadores del estado en los asientos traseros, el coche circuló por una ruta preestablecida por Google para comprobar hasta dónde había llegado su tecnología implementada en el Toyota Prius modificado que usaban en aquella época. El resultado fue bueno, y los examinadores aprobaron al coche, aunque no tuvo pocos problemas. Los mejores aspectos en los que el coche destacó fue en la detección de peatones, así como en la conducción en rotondas, cruces y accesos a autopistas. Sin embargo, también era demasiado cuidadoso en los semáforos o a la hora de adelantar a ciclistas. Pero lo peor ocurrió cuando se encontró una obra; el sistema no sabía que hacer y le pasó el control al conductor.
Por eso, ahora que los nuevos modelos de coche autónomo de Google van a llegar a las carreteras californianas han tenido que ser modificados con un elemento que no estaba en el diseño original: un volante con controles de velocidad. Se nota horrores aunque sea pequeño, pero es de uso obligatorio para que el conductor pueda quitarle el control al sistema si ve que este toma la decisión equivocada. En teoría el modelo final no contará con él, pero eso es cada vez mas dudoso; ya sea porque la ley lo impida o porque los propios usuarios no estén convencidos de dejar que una máquina tome decisiones que afectan a su seguridad en la carretera.
Fuente | IEEE Spectrum | IEEE Spectrum | Google Self-Driving Car Project