Las redes en malla: el futuro de la comunicación
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En una red de Internet son muchos los elementos que funcionan para conectar dos dispositivos. Pero como siempre, hay más de una forma de hacer las cosas, y cuando la tecnología, los servicios y los usuarios van en aumento, se plantean nuevas alternativas.
La red de mallas: más rápida y moderna…
Actualmente tenemos una arquitectura jerárquica en donde nuestros móviles, tablets, consolas y ordenadores están en la parte más baja. Eso significa que tiene que pasar por niveles superiores, normalmente routers que encaminan nuestra conexión desde el punto origen al destino.
¿Qué pasa si se cae el router que ofrece el camino más corto desde mi casa hasta el servidor de cualquier página? En ese caso, se buscan rutas alternativas, generalmente con más congestión o más largas. Esto significa una conexión más lenta y la congestión de algunos routers primarios.
Con el incremento exponencial de los usuarios de Internet este problema, que no había sido especialmente perjudicial, comienza a ser más importante. Por tanto han de plantearse soluciones con suficiente antelación, como se ha hecho con el paso de IPv4 a IPv6 o con el protocolo TCP/IP.
Esta solución puede ser las redes de mallas, en la que todos los dispositivos están conectados con el resto. Esto quiere decir que no hay intermediarios entre un dispositivo y otro, pasando el mensaje desde el origen al destino instantáneamente. Implica una conexión mucho más rápida (aunque se caiga un enlace directo tendremos que pasar como mucho por un nodo) y casi invulnerable ante las caídas de enlaces, pero una red mucho más costosa con los medios físicos convencioales.
… pero más difícil de implementar
Las redes de mallas se han ido ganando un sitio en España, en la que han ido apareciendo en distintos lugares a pequeña escala e interfuncionando con las redes de estrella. Sin embargo, aún no se han implementado redes malladas de gran tamaño.
El coste de una red mallada alámbrica es mayor cuantos más son los usuarios que la compongan, ya que el número de conexiones crece exponencialmente.
Aún así, el concepto de conexión también ha cambiado mucho y son las conexiones inalámbricas las que veremos en el futuro. Los drones de Facebook y Google, de los que ya hemos hablado, proporcionarán Internet desde las alturas a miles de dispositivos.
Otro inconveniente es el del encaminamiento. Nuestro router tiene una puerta de enlace por la que accede a Internet, a través de la que se conecta a la subred que le corresponda. En una red mallada, son muchas más “puertas” las necesarias, y mayor es el número de tarjetas de red que hacen falta para mantener tantos enlaces abiertos. Esto también implica más direcciones IP (¿alguien dijo IPv6?), aunque ese es otro tema.
Por ambos motivos, una red de mallas totalmente conexa y sin el interfuncionamiento con redes estrelladas es bastante inviable.
FireChat, una de las primeras aplicaciones “malleras”
Ya son más de una las aplicaciones que usan el concepto de red mallada para comunicarse, dejando de lado el de “aplicación distribuida” que se ejecuta en un servidor y luego obtiene una respuesta.
Ahora los servidores/routers son nuestros propios móviles, que reciben mensajes directamente desde el emisor sin pasar por otro elemento -lo que me recuerda un poco a las antiguas conexiones P2P-.
Lo que veremos en un par de años es toda una incógnita. Puede ser exactamente esto o algo que se invente mañana y ni se le parezca. Aún así, las ideas están ahí.