El lado oscuro de Internet.org
Falta de seguridad, información y participación... El lado oscuro de Internet.org es muy real.
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Durante los últimos días la imagen solidaria de Internet.org se ha visto fuertemente salpicada y juzgada por los motivos y las carencias de seguridad que presenta: el cifrado de los datos no es posible, y el servicio puede ir en contra de la neutralidad de la red.
En 2013, el joven visionario Mark Zuckerberg, CEO de Facebook, anunció a viva voz su nueva ‘acción solidaria’: Internet.org. El proyecto prometía convertirse en la primera plataforma que ofreciese Internet de manera gratuita a los países en vías de desarrollo; pudiendo acceder a cierto contenido establecido, con el fin de facilitar la búsqueda de empleo, el aprendizaje y la cultura.
La principal motivación, según dicen en la propia página de Internet.org, es conseguir que cada día sean más los que usen Internet. Actualmente, una inmensa mayoría del planeta (2/3) carece de conexión a la red; sin embargo, esta situación podría verse solventada, o eso afirman los propios promotores del proyecto. No obstante, el tiempo pasa factura a todos y la compañía de Zuckerberg no es excepción. Desde hace unos días, el gigante Facebook se ha visto ante las cuerdas. Han sido muchas las acusaciones y, ante el asombro de muchos, se ha hecho bastante evidente el interés oculto del fundador de Facebook; siendo el lado oscuro de Internet.org, cada vez, más visible.
Internet.org: ¿solidaridad interesada?
Una de las principales acusaciones que se ha lanzado contra Internet.org ha sido la ‘actuación deliberada’ en contra de la neutralidad en la red. La acción solidaria de Facebook se convirtió, de la noche a la mañana, en un ataque contra esta idea que protege a la red y a sus usuarios. Puesto que la neutralidad en la red permite que todos puedan jugar, más o menos, con las mismas ‘oportunidades’, ir en contra de ella facilitando sólo una serie de sitios, como es el acceso gratuito a la propia red social, supondría un ataque considerable respecto a las que no gozan de tal ventaja.
El propio Mark Zuckerberg ha sido el que ha dado la cara y ha aclarado el asunto. A partir de ahora, cualquier desarrollador que cumpla una serie de directrices, tanto en contenido como en formato, podrá participar en Internet.org. Disponer de una plantilla responsive, que se adapte a cualquier pantalla (desde una pantalla de smartphone hasta una de escritorio), limitar el uso de ancho de banda y no hacer uso de JavaScript o HTTPS son unas de las condiciones necesarias para formar parte de Internet.org. Pudiéndose reservar Facebook el derecho de aceptar a los desarrolladores si, por algún motivo, consideran que no cumplen con su política.
No obstante, este no ha sido el único conflicto que ha generado el proyecto solidario de Zuckerberg. La ausencia de seguridad HTTPS en Internet.org ha propiciado que Facebook se convirtiese durante los últimos días en la diana de muchos. Según parece, por ahora, la plataforma no dispondrá de seguridad de cifrado alguna. Cualquiera con unos conocimientos mínimos podrá seguir la huella digital que se vaya dejando al navegar; llegando, incluso, a hacerse con contraseñas. Y, por si no fuese poco, la dura política de privacidad que presenta hace que utilizar Internet.org sea una decisión difícil de tomar. Tanto Facebook como los propios operadores se reservan el derecho a recoger información sobre la navegación de cada persona si utilizan su servicio.
Si bien es cierto que Internet.org se presenta de cara al público como una ‘obra de caridad’ preciosa, parece que internamente no está actuando de tal forma. Habrá quien diga que es casualidad, pero Mark Zuckerberg no tiene pinta de ser un hombre que deje algo al azar. En realidad es muy simple: la marca Facebook se ha quedado pequeña y busca otros espacios donde desarrollarse.