¿Pueden matarte las hélices de un drone?

Los drones están de moda. Los hay de todos los tamaños y características, pero ¿pueden llegar a matar a una persona?.

Obviamente no hablamos de drones militares equipados con armamento, sino de modelos comerciales que podemos encontrar actualmente en el mercado.

Si se trata de los más pequeñitos, como el que vimos que hasta cabía en el bolsillo, no hay ningún problema más allá del simple pellizco que podemos sentir si choca contra nosotros (y saldrá despedido en otra dirección después del impacto).

¿Qué ocurre con los drones grandes? Los conocidos Cazadores de Mitos – MythBusters – se dedicaron en uno de sus últimos programas a comprobar si el rápido giro de las hélices de los drones comerciales podían causar serias heridas en tejidos orgánicos.

Los Cazadores de Mitos ¿lo confirman?

En concreto usaron los modelos Quarun Nova, un quadcopter, y un hexacóptero que se vende en kit para que sea el propio usuario quien lo monte por piezas. Entonces, ¿pueden o no pueden hacer cortes realmente profundos? aquí tienes el vídeo:

Como ves, no usan una persona real para la prueba, sino un pollo y sí, el giro de la hélice consigue provocar un corte bastante profundo que si se diese en una parte sensible de una persona – por ejemplo el cuello – hablaríamos de serias consecuencias.

¿Cuál es el problema? que la prueba no es para nada real. Al montar la hélice sobre una pértiga están eliminando por completo el comportamiento que tendría un drone. Un drone no sería capaz de realizar esa fuerza de empuje contra una persona y al primer contacto ya saldría despedido hacia otra dirección, no se quedaría ahí cortando con firmeza (y la persona tampoco quedaría inmóvil, espero).

pollo-drone

Por supuesto, un drone de grandes dimensiones podría hacer un corte a una persona si el impacto es fuerte o se insiste – Enrique Iglesias, no olvidamos tu incidente -, ¿pero llegar a matar? complicado siendo además hélices plásticas.

Por esa misma razón algunos modelos de drones también incluyen protecciones de corcho, no sólo ante posibles incidentes con personas o animales, sino también para proteger las propias piezas de golpes y aterrizajes forzosos.