Todo el mundo en la Tierra es tu primo, según un estudio
Un estudio revela hasta qué punto somos familiares de cualquier persona que nos encontremos.
17 diciembre, 2015 19:24Noticias relacionadas
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A menos que no vivas en España o que te hayas tirado la semana hibernando, sabrás que de lo que más se habla en la semana de las elecciones generales es del golpe que un joven propinó al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.
Este acto ya es digno de todas las portadas, pero los españoles no podíamos quedarnos ahí; en concreto, la prensa española tenía que sacar hasta el más mínimo detalle sobre el agresor, y uno de los que más se está repitiendo es que el agresor es familiar de Mariano Rajoy *risas enlatadas*.
En concreto, el joven agresor es el hijo de una prima de la esposa de Rajoy, lo cual nos puede parecer algo muy lejano o muy cercano, dependiendo de lo grande que sean nuestras cenas de Nochebuena. Pero, ¿qué significa realmente que una persona sea “familiar” nuestro?
Haciendo un repaso al árbol genealógico
Tim Urban, de Wait But Why, decidió rebuscar un poco en su árbol genealógico, y eso fue excusa para estudiar lo cercanos en el tiempo que están los parientes que consideramos “lejanos”. Por ejemplo, tenemos unos 128 abuelos de nuestros tatarabuelos, pero con generaciones de entre 25 y 30 años de media, habrían vivido entre 1.800 y 1.825, no hace tanto tiempo. Cada una de estas personas aporta la 1/128 parte de tus genes.
Si viajamos 12 generaciones hacia atrás, la cosa es incluso más impresionante, ya que está compuesta de 4.096 personas. Vuelvo a repetir, eso son 4.096 personas, que vivieron en la segunda mitad del siglo XVII aproximadamente, con las que compartes parentesco y ADN en apenas 300 años.
Más de 4.000 personas son muchas personas, sobre todo cuanto más viajamos al pasado y la población se ve reducida. De hecho, el árbol genealógico no se puede entender hasta que no aceptamos que el 80% de los matrimonios de la Historia han sido entre primos segundos o más cercanos, una práctica muy común antiguamente porque la inmensa mayoría de la gente no se mudaba de su lugar de nacimiento.
El resultado es que si cogemos a dos personas aleatorias de la población, es muy probable que encontremos un grado de parentesco más cercano de lo que podríamos pensar, y que, si pensamos de manera práctica, todos somos primos. Claro, que poco consuelo es ese para Rajoy.
Fuente | Wait But Why