Centrales nucleares en España: esta es la situación del parque nuclear español
Las centrales nucleares en España están pasando por un momento delicado en el que hay que tomar decisiones que afectarán al futuro energético del país.
9 febrero, 2016 22:35Noticias relacionadas
El parque nuclear español está en una situación delicada tanto desde el punto de vista de la seguridad como desde el punto de vista político y el económico.
El uso de energía nuclear, tanto en España como fuera de nuestras fronteras, ha sido siempre motivo de polémica. Por una parte, las centrales nucleares son la forma más eficiente de obtener energía de la que disponemos y renunciar a a ellas supondría un cambio muy grande y muy complicado; por otra parte, tal y como han demostrado ya varios accidentes (Chernobyl y Fukushima son solo los casos más famosos de una lista más larga), su uso supone un riesgo para la población y el medio ambiente.
Ahora, por motivos diversos, el parque de centrales nucleares español está bajo el punto de mira de varias asociaciones ecologistas y está generando también un debate político.
Estas son las centrales nucleares en España
Actualmente en España hay 5 centrales nucleares en activo: Almaraz, Ascó, Cofrentes, Vandellós y Trillo, de las cuales 2 cuentan con dos reactores (Almaraz y Ascó). Además, Garoña, una central que estuvo en activo desde 1971 hasta 2012, está en proceso de vuelta a la actividad y se quiere prolongar su vida útil hasta 2031.
La mayoría de estas centrales nucleares están funcionando sin ningún suceso particularmente alarmante, pero Almaraz está teniendo algunos problemas de seguridad, y la prolongación de tiempo en activo de Garoña está siendo polémica cuanto menos, además de que puede terminar afectando al futuro de todas las demás centrales españolas.
Los fallos de refrigeración en Almaraz
La central nuclear de Almaraz lleva con su primer reactor en activo desde 1981 y el segundo desde 1983, y aunque desde 2011 ha tenido 3 paradas inesperadas, ninguna de ellas ha sido motivo de preocupación (todas fueron catalogadas como sucesos de nivel 0). Sin embargo, hace pocos días el CSN (Consejo de Seguridad Nuclear) notificó que no había suficientes garantías de que las bombas de aguas del sistema de refrigeración pudieran funcionar con normalidad.
En los últimos 4 meses ha habido dos fallos en los motores de las bombas de aguas, y por ello se procedió a la inspección que determinó estos resultados. El CSN aún no ha tomado ninguna decisión sobre que se debe hacer al respecto, algo que resulta particularmente alarmante cuando, según informó El País, algunos miembros del consejo sostienen que este informe era motivo suficiente para la interrupción inmediata del funcionamiento de la central.
Lo peor de todo es que desde la central han reconocido que la pieza que causó el problema lleva siendo motivo de preocupación casi desde que se abrió la central, ya que se deformaba con el tiempo. Por eso solía ser revisada periódicamente y, si era necesario, se cambiaba; sin embargo en 1997, por un cambio en el reglamento de la central, se suprimieron esas revisiones periódicas y no se repitieron hasta que ocurrieron los fallos que mencionábamos antes.
La prolongación de Garoña
La central nuclear de Santa María de Garoña estuvo abierta desde 1971 hasta 2012, cuando Nuclenor, la empresa responsable, decidió voluntariamente interrumpir su funcionamiento. En teoría, en ese periodo la central de Garoña ya había cumplido el tiempo de vida al que estaba destinada en un principio: 40 años, al igual que la mayoría de las demás centrales de nuestro país.
Durante esos 40 años, la central no estuvo ni mucho menos exenta de problemas; en 1990 hubo un conato de incendio que fue catalogado como suceso de nivel 3, en 2008 hubo un incidente de nivel 1 por un problema de potencia que por suerte no desencadenó ningún accidente. Además, a lo largo de su historia ha tenido muchísimos incidentes de nivel 0, alcanzando los 8 solo en el año 2009.
Sin embargo, pese que ya ha cumplido con sus 40 años de servicio y con un historial cargado de incidentes, se va a proceder a su renovación. ¿Por qué? Lo cierto es que no se trata de una medida por necesidad, ya que ahora mismo en España disponemos de más energía de la que consumimos. Lo más probable es que se trate de una medida para prolongar la vida de todo el resto del parque nuclear español.
Como ya dijimos antes, la mayoría de centrales nucleares españolas fueron programadas para mantenerse en funcionamiento durante 40 años, y la prolongación hasta los 60 años de servicio de Garoña podría servir como precedente para extender también la de las siguientes centrales a las que les toca cerrar: Almaraz en 2021 y Ascó en 2023. Esto cobra especial sentido cuando vemos que Nuclenor (responsable de Garoña) es propiedad a partes iguales de Endesa e Iberdrola, que son a su vez propietarias también de las centrales de Almaraz y Ascó (y de casi todas las demás centrales españolas, en realidad).
Pero dejando de lado el riesgo de esta prescindible reapertura, la decisión está siendo especialmente polémica porque la lleva a cabo un gobierno en funciones y en contra de la mayoría de un Congreso que, a excepción del Partido Popular, ha mostrado su desacuerdo con la decisión y ha pedido que se espere al menos a la formación de gobierno para decidir el futuro de la central.
No cabe duda de que la reapertura de la central de Garoña es una decisión muy delicada, y más cuando su fin es poder extender también la vida de otras centrales que en algunos casos están dando ya problemas. Aquí no solemos hablar de política, pero sí que creemos que sería lógico esperar al menos a una mayor estabilidad política en el país para tomar una decisión, sea en la dirección que sea, ya que puede afectar al futuro de todas las centrales españolas; no vaya a ser que luego nos arrepintamos.