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Omicrono

Historia de Internet móvil: de la primera conexión inalámbrica al 5G

Esta es la historia del Internet móvil: desde la primera conexión inalámbrica hasta el futuro 5G y el Internet de las Cosas.

24 abril, 2016 22:31

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Internet ha sido algo mucho más grande gracias a que podemos llevarlo en nuestros bolsillos. Así es como hemos llegado a las posibilidades actuales.

Hoy en día, en el mundo occidental, la inmensa mayoría de la gente lleva un smartphone en su bolsillo, y tiene una tarifa de datos contratada. Esto significa que la mayoría de la gente puede conectarse a Internet dónde y cuándo quiera.

Puede parecer una banalidad, pero es increíble la facilidad de acceso que tenemos a tantísima información y gente, una facilidad que ha cambiado el mundo. Para llegar aquí, eso sí, ha habido una larga evolución técnica desde los años 70.

Las primeras redes inalámbricas de cobertura y el 1G

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Para llegar a las primeras conexiones móviles a Internet tenemos que pasar antes por las mejoras en emisión de ondas para alcanzar las telecomunicaciones inalámbricas. Unas mejoras que, impulsadas por investigaciones de AT&T desde 1970, llevaron a realizar la primera llamada desde un teléfono móvil en 1973.

En 1975, la propia AT&T establecía la primera red móvil de transmisión de datos (entonces solo para llamadas) que funcionaría, eso sí, solo en Chicago. En 1980, las redes 1G llegaron a diversos lugares del mundo. Era un sistema bastante precario, analógico y con incompatibilidad entre operadoras, pero con todo, un gran avance en las telecomunicaciones móviles.

2G: las primeras conexiones a Internet móvil

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No fue hasta principios de los 90 que llegó la primera red estándar con el protocolo GSM (Global System for Mobile Communications) que aún funciona a día de hoy. Con esta red llegarían los SMS, la transmisión de faxes y, lo que nos interesa a nosotros, las primeras conexiones a Internet desde el móvil gracias a la tecnología GPRS (General Packet Radio Service) que conocemos como 2G.

Las velocidades de conexión eran bastante limitadas entonces, de unos 56 kbps en condiciones óptimas, y eran muy pocos los terminales preparados para conectarse a Internet (menos aún los que podían ofrecer una buena experiencia), así que el uso de Internet en el móvil era totalmente anecdótico, pero el hecho de que existiera la posibilidad técnica ya era todo un hito tecnológico.

Protocolo WAP y el 3G

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Sin embargo, uno de los mayores problemas de Internet móvil llegó cuándo la web se convirtió en el centro de Internet. Cualquier fabricante de móviles podía crear su propia aplicación de correo electrónico o cliente de IRC, pero para utilizar la web en el móvil hacia falta que los programadores de webs las adaptaran; eso estaba fuera del control de los fabricantes.

Por eso mismo en 1999 nacían las primeras webs bajo el protocolo WAP (Wireless Application Protocol). Un protocolo que nació de la mano de Sony, Nokia, Motorola y Openwave, que trabajaron juntas en el WAP Forum. Este protocolo marcó como debían funcionar las webs móviles y fue un referente hasta 2012.

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Un par de años después de la creación de WAP, en octubre de 2001, la primera red 3G se establecía en Japón. Con ella, las velocidades de descarga llegaban a 2 Mbps , y pronto la red se extendió por muchos otros lugares del mundo. Con estas velocidades, ya se podían cargar webs en un tiempo aceptable o incluso descargar música o ver vídeos.

Con el tiempo las velocidades de conexión fueron mejorando y se utilizaron nombres comerciales como 3.5G y 3.75G para identificar esa evolución con la que se alcanzaron velocidades de hasta 20 Mbps.

La era del smartphone y el 4G

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Sin embargo, si hubo un hecho que realmente impulsó las mejoras en velocidades de conexión en redes móviles, este fue el gran desarrollo y la universalización de los smartphones. Llegó un punto en el que Internet se convirtió en el centro de la experiencia de un móvil, y los usuarios demandaban más velocidad.

Por eso en 2009 se comenzaron a implantar las primeras redes LTE (Long Term Revolution) como experimento en Estocolmo y Oslo. Hoy las redes LTE las conocemos como 4G, una tecnología que ofrece conexiones de al menos 100 Mbps por segundo en condiciones óptimas y que ya está muy extendida.

El Internet de las Cosas y 5G: nuestro cercano futuro

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El siguiente paso del Internet móvil, que está más cerca de lo que imaginamos, es el 5G. Las redes 5G ofrecerán en teoría velocidades de hasta 20 Gbps con una latencia casi nula. Podremos disfrutar de ello en 2020 pero, ¿para qué lo queremos?

Es cierto que un poco más de velocidad de subida y bajada nos vendría bien, pero normalmente con el 4G cargamos cualquier cosa en un abrir y cerrar de ojos. Lo verdaderamente interesante de las redes 5G no va a ser el beneficio que te va a aportar a ti cuando utilizas tu móvil, sino la revolución, sino lo que va suponer para el desarrollo del Internet de las Cosas.

Estas velocidades de conexión y la latencia casi inexistente son claves para que podamos desarrollar smart cities en las que todo esté conectado y coordinado a través de Internet. Piensa por ejemplo en un semáforo conectado a Internet: un retraso por alta latencia puede ser causa de un accidente. Por eso necesitamos el 5G.

Ya hemos llegado a ese punto en el que Internet no va a estar solo para conectarnos entre nosotros, o para conectarnos con máquinas, sino que va a conectar máquinas entre sí. ¿Hasta dónde puede llegar esta revolución?