Todas las catástrofes mundiales que podrían suceder en 2016
¿Estamos a salvo de cualquier catástrofe mundial? A fecha de hoy llega el reporte de las posibles catástrofes mundiales de 2016.
8 mayo, 2016 21:17Noticias relacionadas
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Si hay algo que nos pueda preocupar estemos dónde estemos, es una catástrofe global.
Terremotos, tsunamis, amenazas de guerra nuclear, bombardeos, pandemias, tornados, calentamiento global, el mundo se enfrenta continuamente a una gran cantidad de amenazas que en muchas ocasiones podemos prevenir o controlar, y en muchas otras sólo nos queda confiar en que no nos tocará a nosotros.
Desde pequeño he tenido un pánico irracional a los terremotos, posiblemente producido por la gran cantidad de series de animación japonesa que veía, en las que por supuesto, los terremotos eran una de las populares temáticas. Conforme he crecido, me he dado cuenta de los verdaderos riesgos, y las probabilidades que tienen cada catástrofe natural o no, para que ocurran.
Lo que hoy me ha llevado a hablaros hoy de las catástrofes es el reporte anual sobre los Riesgos Globales de Catástrofes de 2016, en el que se incluyen los diferentes problemas que puedan amenazar la vida en nuestro planeta.
Catástrofes mundiales a lo largo de la historia
En nuestro recorrido histórico cómo habitantes del globo terrestre no podemos olvidar la devastadora pandemia que asoló a la humanidad en pleno siglo XIV que acabó con un tercio de la población continental: la peste negra. Una enfermedad que arrasó todo a su paso, y que según un articulo publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences tiene su origen en un roedor que provenía de Asia.
Otra de las grandes pandemias que azotó la población en 1918 fue la gripe española, que en tan solo un año acabó con la vida de entre 20 y 40 millones de personas. El culpable fue una cepa del virus de la gripe que posteriormente los investigadores denominarían como H1N1. La virulencia del virus de la gripe, es un factor bajo estudio en la Organización Mundial de la Salud, pues el influenza (virus de la gripe) al tratarse de un virus con genoma segmentado, encuentra fácilmente la forma de generar nuevas cepas que podrán saltar la defensa que oponemos con nuestras vacunas.
Si nos desplazamos al marco de las catástrofes naturales, nos encontramos con terroríficos eventos cómo el terremoto de Valdivia con más de 6.000 muertes en 1960, el tsunami de Japón de 2011 o el temido Huracán Katrina que se cobró la vida de 1.833 personas.
La cuestión es, ¿hasta que punto podemos prevenir o no una catástrofe?
Podríamos enfrentarnos a una gran catástrofe mundial
El desolado páramo de
En el reporte se anunciaba que las posibles amenazas que emergerían en 2016 y los años posteriores se dividirían en pandemias naturales y guerras nucleares. También incluye el cambio climático, del que poco a poco estamos conociendo sus devastadores consecuencias, y las tecnologías emergentes, en las que se menciona que campos cómo la biotecnología son capaces de crear armas biológicas 10 veces más devastadoras que las que han azotado a la humanidad en su tiempo.
De esta forma, sugieren diferentes estrategias:
- Para reducir el riesgo de catástrofe por pandemia: las entidades de la salud mundial deben de hacer un plan de control para las distintas amenazas que ya conocemos, y predecir los cambios que pueden llegar a producirse y cómo actuar frente a ellos. Cada nación debe mejorar su capacidad de reacción frente a una vieja o nueva epidemia, y evitar que ocurran desastres cómo pudimos ver con el virus del Ébola y España.
- Para reducir el riesgo de catástrofe por cambio climático: la población no está concienciada aun del cambio climático pese a los innumerables esfuerzos educativos. La última carta la toman las naciones, que deben realizar un plan cómo el que se celebraba en la Cumbre de Bruselas para controlar toda la emisión industrial.
- Para reducir el riesgo de catástrofe por guerra nuclear: es un tema delicado, pues el control de armas nucleares por parte de los diferentes países no está bien delimitado. De su parte, queda asegurar riesgo nulo de accidente nuclear y limitar y controlar todo tecnología que pretenda emplear este tipo de energía.
- Para reducir el riesgo de catástrofe por las tecnologías emergentes: ser precavido no está de más. La investigación de los patógenos que pueden poner en peligro nuestra salud es una aparente arma de doble filo que en cualquier momento puede volver su hoja hacia nosotros. La ética impuesta y el control por parte de la legislación en estos campos debe ser suficiente para mantener nuestra seguridad.
Tenemos las herramientas para impedir que las catástrofes que azotaron el mundo en otro tiempo se repitan, o al menos podamos predecirlas y actuar a tiempo. Todos tenemos que poner de nuestra parte, concienciándonos del papel de la investigación en la salud global.