Puede que te hayas fijado en que todas las superproducciones de ahora tienen algo chino, como un actor o un rodaje en una ciudad china. Y esto no es algo trivial o estético, tiene una razón de peso para hacerlo.

Existen películas para todos los gustos en las carteleras de las salas de cine: desde títulos de acción resonados hasta dramas románticos, pasando por clásicos de animación o terroríficos films. Y quizás hayas caído en que muchas superproducciones de ahora tienen elementos chinos, como actores con esa nacionalidad o escenas rodadas en suelo chino. ¿Y por qué ocurre esto, os preguntaréis?

¿Por qué las películas empiezan a tener cosas chinas?

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China no es como los países europeos o Estados Unidos en lo que a cine se refiere por un sencillo motivo: el gobierno chino sólo permite que se estrenen 34 películas al año extranjeras. Sí, lo habéis leído bien, sólo 34 películas de fuera pueden entrar en los cines de China cada año, algo que hace que las grandes productoras se maten por intentar hacerse con esos huecos.

Por ejemplo, y como podemos leer en The Hollywood Reporter, la última película de Star Wars no se pudo estrenar en China durante 2015 porque no quedaban más huecos. Disney tuvo que esperar a poder atrapar uno de los huecos de 2016, siendo finalmente estrenada el 9 de enero en las salas de cine chinas.

El medio también destaca que las autoridades chinas dan los mejores lanzamientos a las producciones locales, dejando a los lanzamientos importados peores fechas de lanzamiento y menos promoción. Y otros medios también se hacen eco de la “casualidad” que supone no ver grandes lanzamientos extranjeros porque acaba de estrenarse una superproducción china.

China, el mercado que nadie se quiere perder

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Pero claro, hecha la ley, hecha la trampa: las productoras de fuera sólo tienen que adquirir algo local para hacer que la película se considere como producción made in China. El mejor ejemplo nos lo encontramos en Furious 7: Universal Studios estrenó su equipo de Beijing con una de sus sagas más conocidas, y a cambio se encontraron con que la taquilla china superó en ingresos a la estadounidense.

DreamWorks también hizo algo similar en 2012 creando ‘Oriental DreamWorks’, un estudio del que tienen el 45% de propiedad y el 55% restante recae en grupos de inversión chinos. Esto lleva a que Kung Fu Panda 3 no es sólo de Dreamworks, es una co-producción con Oriental DreamWorks, y un tercio de la película ha sido hecha en China por el mismo motivo que Furious 7.

Lo cierto es que China y sus 1.357 millones de habitantes suponen un mercado demasiado goloso como para dejarlo pasar, y viendo que en ocasiones es capaz de superar la recaudación del clásico mercado estadounidense, no sería de extrañar que las grandes producciones sigan haciendo guiños al público chino.

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