La última orden ejecutiva de Donald Trump está afectando enormemente a los trabajadores inmigrantes de la industria tecnológica.

Sólo llevamos una semana con Donald Trump como presidente de los EEUU, pero ya ha dejado bien claro por donde van a ir la legislatura. Trumpo eligió el pasado viernes 27, el aniversario de la liberación del campo de concentración de Auschwitz, para firmar una orden ejecutiva contra los refugiados e inmigrantes.

La orden cierra de manera efectiva las fronteras a todos los ciudadanos de siete países musulmanes; además de paralizar el programa de acogida de refugiados de Siria al que el anterior gobierno se había comprometido.

EEUU cierra sus fronteras y deja fuera a trabajadores

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Los países afectados son Libia, Sudán, Somalia, Siria, Irak, Yemen e Irán; la orden es para todas las personas que procedan de esos países, incluso para los que trabajaron para el gobierno o los inmigrantes que ya tienen trabajo en EEUU.

Las compañías tecnológicas se han visto seriamente afectadas, pero tal vez Google ha sido la que más; el gigante tecnológico tiene empleados provenientes de todo el planeta. Google nunca ha sido de mirar la procedencia cuando contrata talentos; lamentablemente, esto puede costarle mucho en estos tiempos.

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Sundar Pichai, CEO de Google, está preocupado por sus trabajadores provenientes de las zonas en la lista de Trump; por eso lo primero que hizo cuando se hizo pública la orden ejecutiva fue avisar a sus trabajadores para que volviesen a EEUU lo antes posible.

El temor es que estos empleados no puedan entrar en el país, un extremo que se ha confirmado en las primeras horas de la prohibición; esta afecta a absolutamente todo el mundo, incluso a los inmigrantes que tienen una “tarjeta verde”.

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Este documento de identidad representa el derecho a trabajar y vivir en EEUU; pero ante la nueva orden ejecutiva es papel mojado.

Los trabajadores inmigrantes de la industria tecnológica, víctimas de Trump

En un mensaje interno de la compañía, Pichai muestra su preocupación por el impacto de esta orden; sobre todo en las restricciones que podría imponer a los trabajadores, sus familias, y las compañías.

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Pichai asegura que al menos 187 empleados de Google ya se han visto afectados por el cierre de fronteras. Su aviso por lo tanto puede llegar tarde, ya que los aeropuertos estadounidenses ya están aplicando la orden; ya hay informes de trabajadores con tarjeta verde a los que se les ha sido denegada la entrada en EEUU.

Google hará todo lo posible para convencer al gobierno de los EEUU de que esta decisión es mala para los negocios; tal vez de esa manera consigan abrir el corazoncito de Trump.

El cierre de fronteras y el aislamiento de los EEUU tendrá duras consecuencias para el sector tecnológico; y probablemente Google no será la única afectada.