Probamos la Nintendo Switch, la nueva consola de Nintendo que pretende revolucionar de nuevo el sector de los videojuegos.
Hace años que Nintendo dejó de competir por ser el más rápido y comenzó a ir a su bola. Cuando el resto de la industria se dedicaba a hacer lo mismo pero con mejores gráficos los nipones se sacaron de la manga dos nuevas formas de jugar (pantallas táctil en DS y controles de movimiento en Wii). 256 millones de unidades después (casi 100 más que los que vendió Sony entre PSP y PS3) es imposible decir que fuera mala idea.
Después del fracaso de Wii U todo el mundo quería que se dejase de cosas raras y volviese a la carrera de los teraflops pero con Switch la cosa no va a ser distinta. En vez de lanzar una Xbox One con el logo de Nintendo, la Switch no es sólo el primer híbrido entre portátil y sobremesa que llega al mercado sino que además ha cogido “lo mejor” del resto de consolas de la compañía.
Sobre el papel la consola, que se pondrá a la venta en España el próximo 3 de marzo por , puede ser al mundo de los videojuegos lo que el iPad fue para el de los PC. Pero ¿cómo es en persona? ¿Realmente merece la pena?
Corazón doméstico, alma portátil
Como si de un tablet se tratase, todos los componentes de la Nintendo Switch se esconden tras su pantalla. En el corazón de la consola se encuentra la batería (de 2,5 a 6,5 horas), el procesador Nvidia Tegra, un disco duro 32 gb, un puerto USB-C, una ranura para tarjetas MicroSDHC (hasta 2 TB), una peana, un par de botones y la pantalla táctil de 6,2”. Que se convierta en una portátil o una sobremesa depende de los accesorios que usemos y la forma en la que los coloquemos.
En el kit que se pondrá a la venta el 3 de marzo se incluyen 2 mandos o joycons, dos correas para que no salgan volando, un grip para unirlos, una peana para facilitar la conexión a la televisión, un cable HDMI, un cable de red y, por supuesto, la consola en cuestión.
Si colocamos la Nintendo Switch en la peana esta se conecta a la televisión y te permite jugar como en cualquier otra consola. Desde la compañía prometen una resolución de 1080p a 60 fps con unos gráficos similares a los de la competencia.
Si, por el contrario, le enganchamos los joycons en los laterales la Nintendo Switch se convierte en una consola portátil que parece la sucesora espiritual de la PlayStation Vita. En este modo la resolución se reduce a 720p pero se mantienen los mismos 60 fps. Puede parecer un paso atrás pero lo cierto es que no lo es. Los juegos se ven igual o mejor que en la televisión y de paso se ahorra algo de batería.
Por último, la consola cuenta con una peana que te permite colocarla sobre una mesa y jugar con los mandos separados de ella. Un modo que me recuerda irremediablemente a esas micropantallas que se vendían en la época de PSOne y PS2. Sólo que en ese caso el resultado era una especie de Frankenstein y seguías necesitando un montón de cables además del enchufe.
Lo cierto es que sería mejor si la pantalla fuese de 10” en vez de 6,2”, puesto tienes que acercarte para apreciar algunos detalles y todo se queda bastante compacto cuando se parte la pantalla. Eso no quita que sea una gran idea, puesto que puedes jugar con otra persona en cualquier momento y lugar.
Lo mejor (y peor) de cada mundo
Aunque Nintendo la vende como una consola de sobremesa y está bastante cerca de una PS4/Xbox One en potencia, la Switch no deja de ser una supertableta diseñada para jugar. De ahí que los juegos no se distribuyan físicamente en Blu-Ray si no en cartuchos o que en vez de un disco duro tradicional con varios centenares de gigas se incluya uno en estado solido de 32 GB (ampliable mediante tarjetas MicroSDHC de hasta 2tb). En ambos casos el espacio es limitado pero a cambio se acortan los tiempos de carga.
En cuanto a la pantalla puede que su resolución no esté a la altura de los últimos móviles de gama alta, sin embargo, su calidad es excepcional. El salto respecto a 3DS y Wii U es descomunal. Ademas, por fin han abandonado el palo y han incluido una pantalla táctil capacitiva de 10 puntos. Juegos como “Mario Kart 8 Deluxe” o “The Legend of Zelda: A Breath of the Wild” lucen de maravilla en ella.
Todo esto hace que no sea fácil (ni quizás justo) comparar la Nintendo Switch con una PS4/Xbox One o una 3DS/PsVita. Según me contaron los representantes de la marca en el showroom, la consola tiene un 80% de la potencia de una PlayStation 4. Un dato que no impresiona si no tienes en cuenta que PS4 es una enciclopedia de 2,8 kg mientras que Switch es un libro de bolsillo de apenas 398 gr.
Por el otro lado, como consola portátil Switch es tan grande que no entra en el bolsillo (al menos con los joycons) pero a cambio cuenta con una pantalla de alta definición (720p) y una potencia que supera con creces a la Wii U.
Manos a la obra
Como he mencionado antes, la Nintendo Switch incluye dos mandos (o joycons) en la caja. Tienen un tamaño reducido, pero lo realmente impresionante es la cantidad de sensores que tienen: acelerometro, giroscopio, cámara infrarroja, NFC (para Amiibo) y un sistema de vibración HD que deja al resto en evidencia. Es tan preciso que incluso puedes sentir como se mueve una canica dentro de una caja de madera. Todo ello con 20 horas de autonomía.
Aunque lo realmente interesante de estos joycons es que, por la forma en la que se han situado los botones, se pueden usar de todo tipo de formas. Puedes jugar con uno en cada mano o puedes compartirlo con un amigo y jugar ambos a la vez.
Si lo prefieres, también puedes juntarlos mediante el grip que se incluye en la caja y así tener un mando más tradicional. En las fotos puede parecer enorme, pero es ligeramente más pequeño que el mando de Xbox One. De hecho la ergonomía es muy similar.
Y por supuesto también puedes anclarlos en el lateral de la consola y convertir la Switch en una portátil. Aunque al principio se siente raro por su anchura, en un par de minutos se acaba fundiendo en tus manos.
Nintendo también va a vender (69€) por separado un mando Pro más tradicional para los que lo prefieran. Es más grande que los joycons en el grip e incluye una cruceta tradicional. Además la batería pasa de 20 a 40 horas.
¿Qué hay de los juegos?
Lo que he visto (y probado) hasta ahora es bastante prometedor, pero al final lo que decidirá si la Switch acaba siendo un éxito como la Wii o un fracaso como la Wii U son los juegos que acaben llegando y el interés que generen en el público. El día de lanzamiento no va a haber mucho donde elegir, pero viendo la lista de títulos confirmados no parece que vaya a ser un problema a largo plazo.
Durante el hands on en el showroom de Nintendo pude probar algunos juegos como el esperado “The Legend of Zelda: Breath of the Wild”, que me dejó con ganas de más, “1, 2, Switch”, una colección de minijuegos que debería venir incluida con la consola, o “Arms”, que es como el boxeo de “Wii Sports” pero mucho más completo.
También pude echar varias carreras en “Mario Kart 8 Deluxe”, una edición definitiva del juego de Wii U con un nuevo modo batalla, además de llenarlo todo de pintura en la demo de “Splatoon 2”, que sigue siendo igual de divertido que el original.
Nintendo Switch, ¿merece la pena?
Todo depende de ti.
Si eres un gamer que vive por y para la master race la Switch no va a hacer que te olvides de tu PC pero puede convertirse en una segunda consola con la que perderte en Hyrule cuando estés fuera de casa. Si eres un nintendero, ten en cuenta que Switch es la plataforma a la que van a llegar todos los grandes títulos de la compañía. Si eres de los que tiene una Wii U puede que al principio el catálogo no sea muy atractivo, pero ten en cuenta que no va a llegar ningún first-party más.
A mi, al menos, me ha convencido.
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