En Etiopía existe una máquina que copia películas pirata en memorias USB, por un módico precio.
La piratería es un problema real, aunque se extiende más en algunos países que en otros; los motivos suelen ser sencillos, y se reducen al dinero. Aunque se suele decir que en España la piratería campa a sus anchas, eso no es nada comparado con países más pobres.
Si la población es pobre, no puede permitirse pagar por contenido; y asimismo, a los propietarios de los derechos no les interesa distribuirlo en estos países, o cuando lo hacen es a precios escandalosos. Es la pescadilla que se muerde la cola.
Como un cajero que te da películas pirata
Eso no quita que no haya demanda de contenido, así que la población opta por la piratería; así se forma un mercado negro, alternativo al oficial. En Etiopía encontramos un buen ejemplo de lo que pasa cuando este mercado negro sustituye casi completamente al oficial.
Se trata de una máquina que copia películas pirata en memorias USB; se llama SwiftMedia, y ha aparecido en un centro comercial. Con su pantalla táctil y sus controles, se parece más a un cajero o a una máquina expendedora; pero lo que vende no son bebidas, sino películas.
El funcionamiento es muy sencillo. Sólo tenemos que insertar una memoria USB en uno de los puertos, y en ese momento la pantalla mostrará una selección de las películas disponibles; por supuesto, nos encontramos los últimos estrenos.
Sólo tenemos que seleccionar las películas que queramos, pagar, y la máquina copiará los archivos a la memoria; unos archivos que no tienen ningún tipo de protección anticopia, y son como los que nos podemos descargar de Internet.
Cómo funciona la máquina que copia películas pirata en memorias USB
Esta máquina está claramente dirigida a usuarios sin conexión a Internet (o conexiones muy lentas); como esos archivos se pueden reproducir en cualquier ordenador moderno (o incluso un DVD), mucha más gente tiene acceso a un contenido que de otra forma no vería.
Del “mantenimiento” de la máquina se encarga una persona, que se dedica a descargar películas por torrent y copiarlas al disco duro de la máquina todos los días. De esta manera, los usuarios pueden ir todos los días y encontrarse nuevo contenido.
Los precios no son muy altos, cada película cuesta entre 3 y 5 birr (12 y 20 céntimos de euro), y también hay documentales, series de televisión y canciones sueltas que cuestan lo mismo; aunque hay que gastar entre 25 y 100 birr (1 y 3.98 €) cada vez.
Como apuntan los locales, el gobierno de Etiopía tiene cosas más urgentes de las que preocuparse que de una máquina pirata. Todo un monumento al precario acceso a la cultura que tienen muchos países.
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