Las grandes marcas europeas quieren competir con Tesla construyendo una gran red de supercargadores.

Una de las grandes pegas de los coches eléctricos a día de hoy es la batería. Muchos usuarios no tienen garaje privado en donde cargar su vehículo y, por lo tanto, necesitan un lugar donde cargarlo. Y es que no se trata de una tarea de 15 minutos, sino de horas.

Tesla se ha hecho un hueco lo bastante grande como para desplazar a las marcas de coches más tradicionales (que, por otro lado, han estado interrumpiendo el desarrollo y crecimiento de los coches eléctricos durante mucho tiempo). Pero ahora la cosa podría cambiar, justo cuando el castillo de naipes de Tesla podría derrumbarse.

Muchos afirman que Tesla es lo que es por la cantidad de subvenciones que ha recibido (la administración de Obama, por ejemplo, dio 8000 millones de dólares), así como por todo lo que han aportado los inversores. De momento, la compañía no ha dado ni un solo euro de beneficio y muchos inversores están ya impacientándose.

Por ello, en este estado, este nuevo golpe podría llegar a ser muy crítico. Ford, BMW, Daimler AG (Mercedes-Benz y Smart) y Vag (Audi y Porsche) están planeando construir una red de supercargadores a lo largo de toda la geografía europea. Esta alianza, que recibe el nombre de IONITY, es clave para propiciar la compra de vehículos eléctricos, y sobre todo de aquellos vehículos que pertenezcan a alguno de estas firmas.

400 supercargadores para competir con la red de Tesla

La red de supercargadores estará compuesta, en un principio, por 400 estaciones de carga, de las cuales 20 ya están operativas. A finales de año se espera que la cifra roce o supere las 50 unidades. De momento, conectan Alemania con Noruega, a lo largo de una distancia de 120 kilómetros. Las 400 unidades esperan que estén acabadas para finales de la década.

De momento Tesla saca mucha ventaja, pues ya posee más de 1000 estaciones con más de 7300 supercargadores, solamente en Europa. Los supercargadores no están pensados para el día a día, sino que más bien son para realizar viajes de largas distancias. De hecho, es malo usarlos, porque deteriora la batería. Son de carga rápida y por lo tanto en pocos minutos conseguimos la misma carga incluso que en horas.

Esto, sumado a la poca o nula capacidad de Tesla para fabricar vehículos en masa, podría hacer descender el número de ventas de la firma americana y su valoración de cara a inversores. Y es que a dos meses del comienzo de la fabricación del Tesla Model 3 no han sido capaces de fabricar más de 400 unidades, y para finales de año no serán capaces de fabricar las 400 que habían fabricado.

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