El permiso de pruebas de vehículos autónomos de Uber en California finaliza el 31 de marzo, pero la compañía no solicitará la renovación, además de haber paralizado cualquier prueba con coches autónomos que estuviesen realizando en carreteras reales alrededor del mundo el mismo 18 de este mes, cuando se conoció la noticia del accidente mortal en el que fue involucrado uno de sus Volvo.

En el momento del accidente en el que murió una mujer, Uber declaró que proactivamente suspenderían las «operaciones de conducción autónoma, incluso en California, inmediatamente después del incidente de Tempe [Arizona]»; ahora, deciden «no volver a solicitar un permiso del Departamento de Vehículos Motorizados de California (DMV)», entendiendo que sus «vehículos autónomos no operarían en vías públicas en el futuro inmediato».

Es decir, que aparte de que dejarán que caduque la licencia, y no pedirán su renovación para seguir probando vehículos autónomos en California ahora que se acaba, tampoco se plantean volver de momento a devolver sus coches autónomos a la carretera; es decir, ni volverán de momento a California, ni a ningún otro estado de EEUU.

Uber seguirá sin realizar más pruebas de coches autónomos, de momento

No se descarta (y se espera, de hecho) que Uber vuelva a solicitar la licencia para volver a realizar las pruebas en un futuro, a finales de año o en el siguiente. Además, el Gobierno de California ha solicitado que la próxima petición para realizar pruebas requerirá que se «aborde cualquier seguimiento al análisis o las investigaciones del accidente reciente en Arizona». Por lo tanto, California no descarta tajantemente seguir con las pruebas de coches autónomos.

volvo xc90 uber coche autonomo

Tal y como avisamos, el accidente supondrá un importante punto de inflexión en el sector de los vehículos autónomos

El accidente ha tenido tal repercusión que no solo Uber, la compañía involucrada, se ha visto obligada a parar de momento las pruebas, sino que Toyota y ahora NVIDIA también lo han hecho, en estos dos últimos casos para que sus conductores de emergencia se recuperen de la situación (al fin y al cabo, podrían haber sido ellos los que hubieran estado despistados y hubieran podido ser los responsables del accidente) y para revisar sus sistemas autónomos.

Además, en Arizona, donde ocurrió el fatal accidente mortal, el gobernador ha afirmado que ni Uber ni otras compañías podrán volver a poner un coche autónomo en sus calles, al menos en el futuro próximo, asegurando que «Arizona no tolerará nada menos que un compromiso inequívoco con la seguridad pública».

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