La Unión Europea y los legisladores han firmado un acuerdo preliminar gracias al que se podrá exigir a las plataformas en línea como Netflix, HBO o Amazon Prime que el 30% de su contenido sea de origen europeo, además de la obligatoriedad de financiar la producción de contenido local de forma proporcional a los ingresos generados en ese país. Solamente se aplica a las plataformas de vídeo bajo demanda, por lo que otras como Spotify quedan fuera del acuerdo.
No solo tendrán que producir contenido europeo, sino también invertir en la industria del cine local
Otras plataformas como YouTube o Facebook directamente quedan fuera, aunque también se aplican restricciones sobre ellas. Concretamente, deberán tomar medidas contra el contenido «que incite a la violencia, el odio y el terrorismo» a través de un «mecanismo transparente, fácil de usar y eficaz para permitir a los usuarios informar o marcar contenido»;aunque por el método en el que funcionan (su contenido, aparte de que es gratuito, no está producido por las propias plataformas), queda fuera de las solicitudes que se realizarán a Netflix o HBO.
Netflix y otras compañías tendrán que invertir en el cine europeo (y español)
Serán los estados miembros los que decidirán, en última instancia, quienes decidirán si aplicar la norma. Es decir, España puede aplicarla dentro de su territorio, pero Francia, por ejemplo, si decide no hacerlo, no está obligada. Y si ambos decidiesen aplicar la norma, Netflix o la plataforma que sea no tendría que invertir la misma cantidad en una país y en otro, sino que en cada país, de forma independiente, invertiría de una forma directamente proporcional a los ingresos en ese territorio.
Con esta medida, lo que quiere la UE es que gran parte del contenido que consumamos los usuarios europeos sea procedente de la propia mancomunidad, algo muy similar a algunas medidas tomadas por Estados Unidos. La propia plataforma decidirá como querrá invertir en la industria del cine local, si directamente produciendo contenido, o pagando en fondos nacionales.
El acuerdo, que aún está en fase preliminar, tendrá que ser aprobado por el Parlamento Europeo, aún, para que pueda entrar en vigor. Es decir, que podría no ser algo seguro, o bien podrían cambiarse las condiciones totalmente (de forma que el Parlamento Europeo lo acabe revisando), o directamente echarse para atrás.