La Playstation 2 es abandonada por Sony 18 años después de su lanzamiento

La Playstation 2 fue un fenómeno que probablemente no se repetirá fácilmente. Es la consola más vendida de la historia, con 155 millones de unidades en todo el mundo; un logro increíble teniendo en cuenta que el mercado de los videojuegos es mucho más grande que cuando salió, en el año 2000.

Después del éxito de la Playstation, muchos esperaban ponerle las cosas difíciles a Sony. Nintendo dando el brazo a torcer y apostando por discos con su Gamecube. Microsoft invirtiendo un dineral en su primera consola, Xbox. Incluso Sega con su canto del cisne, la Dreamcast.

Ninguna consiguió si quiera acercarse al brutal éxito de la Playstation 2. Sony demostró que las consolas podían servir para algo más que para jugar; en muchos salones se convirtió en el primer centro multimedia, gracias a su reproductor de DVD integrado.

En cuanto a juegos, prácticamente todo lo que pudieras querer estaba en la Playstation 2; excepto las exclusividades de sus rivales claro (y ni eso, porque algunas exclusividades de Dreamcast aparecieron en PS2 cuando Sega se centró en el desarrollo de juegos).

El fin de soporte de la Playstation 2 marca el punto final de una era

Claro, que también tenía sus defectos. Aunque uno de ellos, que era fácil de piratear, no era un “defecto” para algunos; sino más bien uno de los grandes motivos de su éxito, especialmente en países como España. Tampoco era muy robusta, y podía romperse fácilmente.

Por eso es triste el anuncio de que la división japonesa de Sony ha decidido dejar de arreglar consolas Playstation 2. Aunque la plataforma online murió en 2016, Sony no abandonó completamente a la fiel comunidad de jugadores; el servicio de reparación continuó en marcha, devolviendo algo de vida a las veteranas consolas.

Pero todo tiene su fin; Sony ha anunciado que el 7 de septiembre será el último día para solicitar reparaciones de Playstation 2 en Japón; aunque el registro tenía que realizarse el pasado 31 de agosto. Este es el verdadero punto final de una consola sin parangón.