Si de algo ha servido la revolución del streaming, es para expandir los gustos de mucha gente; al fin y al cabo, probar a ver una película de un director o procedente de un país que normalmente no seguimos es más fácil cuando viene incluido en el paquete y no tenemos que pagar el precio completo de la entrada.

Los propios servicios fomentan que exploremos el fondo de catálogo que tienen; algunos tal vez demasiado, como Netflix, que ha empezado a implementar anuncios entre capítulos.

Pese a esta mejora evidente, hay grandes dudas sobre si estos servicios podrían ser más variados; si hay zonas que podrían estar mejor representadas. En concreto, la producción local suele ser la más perjudicada, especialmente en servicios que provienen de EEUU; en nuestro caso, encontrar películas españolas o europeas puede ser realmente difícil, y acabas dependiendo de servicios especializados en ese tipo de contenido.

El contenido europeo en streaming es el objetivo de la Comisión Europea

Incluso hay quien afirma que los servicios de streaming son perjudiciales para el cine europeo, al dar preferencia a taquillazos estadounidenses, que es lo que vende. Y en la Comisión Europea están de acuerdo. Ya se habló en su momento de la posibilidad de obligar a los servicios de streaming a emitir contenido europeo; pero ahora una exclusiva de Variety apunta que esta idea ha cogido fuerza entre los comisarios.

Según Roberto Viola, jefe del departamento de la Comisión encargado de la regulación de las redes y el contenido, una nueva ley ya es una “mera formalidad”. El texto obligará a las compañías de streaming que quieran ofrecer servicio en la Unión Europea a ofrecer producciones de origen europeo.

Y no serán pocas. El 30% del catálogo disponible tendrá que ser europeo, tanto series como películas. Y eso, en el caso de los servicios con el catálogo más amplio como Netflix, supone una enorme cantidad de contenido de procedencia europea.

Un impuesto a las suscripciones, otra posibilidad

Y podría ser aún más; el texto da poder a los países para decidir si subir la cuota de contenido europeo al 40%. Además, los gobiernos también podrán obligar a los servicios a contar con contenido propio producido en el país.

La otra medida sería un impuesto a las suscripciones de servicios de streaming, que iría parar a la producción nacional; una medida que ya han tomado en Alemania.

Ahora el gran miedo es que los servicios de streaming se tomen la ley al pie de la letra. Y es que existen dos maneras de llegar a ese 30% de contenido europeo: o conseguir más contenido producido en Europa, o bien eliminar contenido de fuera de la Unión. Sin embargo, Viola ha intentado tranquilizar estos miedos, afirmando que Netflix no está lejos del 30% de contenido europeo; así que no tendría que hacer mucho más de lo que ya está haciendo.

Sin embargo, Viola no comenta el impacto que puede tener en otros servicios; especialmente en aquellos que están empezando y que tendrían un duro requisito que cumplir si quieren enfrentarse a gigantes como Netflix. Probablemente estas reglas serán discutidas a conciencia en los próximos meses.