Que Netflix va a subir las tarifas parece ya algo inevitable. Hace apenas un día que hablábamos de unos experimentos en Alemania, donde la compañía está probando con nuevos precios para todas sus tarifas. En cambio, en EEUU la compañía ha sido más directa: ha subido inmediatamente los precios a todos los nuevos usuarios.
Esta sería la segunda subida de precio en dos años, y probablemente el momento de la verdad para el servicio. ¿Seguirán los usuarios aceptando estas subidas? La decisión depende en buena medida de la cantidad de contenido exclusivo que Netflix ofrece y ofrecerá; y en ese sentido, probablemente esté bien cubierta.
Nuevos precios de Netflix en EEUU son un adelanto de lo que nos espera
La subida es la siguiente:
- La tarifa básica, que costaba 8 dólares, pasa a costar 9 dólares.
- Estándar, que costaba 11 dólares, pasa a costar 13 dólares.
- Premium, que costaba 14 dólares, pasa a costar 16 dólares.
Por lo tanto, la subida es de entre uno y dos dólares, dependiendo de la tarifa; no parece mucho, hasta que lo expresas en forma de porcentajes. Los nuevos precios suponen una subida de entre el 13% y el 18%. Aunque a la hora de la verdad, la subida más fuerte afectará a la mayor parte de los usuarios. En EEUU, la tarifa más popular es la Estándar, ya que es la que permite acceder a vídeo en alta definición; y justo esa es la que más sube en porcentaje, un 18%.
En cambio, las tarifas menos populares, como la básica (que sólo es recomendable para pantallas de baja definición) o la Premium (sólo recomendable en televisores 4K o para familias), apenas cambian comparativamente hablando. Esto demuestra que esta subida ha sido calculada al detalle por Netflix, para conseguir más ingresos de la mayor cantidad posible de clientes.
Es cuestión de tiempo que la subida de precios llegue al resto del mundo. Es importante recalcar que esta subida de precios no supone una mejora en los planes, que siguen teniendo las mismas limitaciones que antes; lo cual tal vez es sorprendente, teniendo en cuenta que los dispositivos que no son capaces de reproducir vídeo en HD son cada vez menos.