El sector del taxi es uno de los que más potencial tiene para mejorar con la llegada del coche eléctrico; gracias a esta migración, se reducirá notablemente la cantidad de gases contaminantes en el centro de las grandes ciudades y capitales. Sin embargo, este sector también se enfrenta a desafíos muy diferentes al resto, sobre todo en lo que respecta a la autonomía.

Si la autonomía de un coche eléctrico es importante para un conductor normal, aún lo es más para un taxista, que tiene que hacer muchos kilómetros cada día y no puede simplemente dejar el coche cargando durante varias horas. En ese sentido, los coches eléctricos tendrán más difícil convencer a los taxistas, a menos que haya algún tipo de infraestructura que garantice su funcionamiento habitual.

Cómo Oslo va a solucionar el problema de los taxis eléctricos

Un buen ejemplo lo podemos tener en Oslo, donde los taxistas podrán usar puntos de recarga inalámbrica para sus coches; estos puntos se instalarán en los puestos en los que los taxistas suelen esperar a los clientes, como por ejemplo en estaciones de tren o puntos turísticos. Estos podrían haber sido puntos de carga normales, pero el consistorio ha decidido que sean inalámbricos para que los taxis puedan ir moviéndose en la cola que se forma para coger a los clientes que aparecen en las horas punta.

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Este sistema será implementado por la empresa finlandesa Fortum, en colaboración con la firma estadounidense Momentum Dynamics. Aunque los puntos de carga con cable son cada vez más habituales, la recarga inalámbrica aún no ha llegado a un punto en el que sea usable. Eso no ha sido impedimento para que el ayuntamiento de Oslo haya aprobado este plan; no solo eso, sino que pretende que se ponga en marcha muy pronto, en apenas unos años.

Recarga inalámbrica para evitar retrasos

La capital noruega prohibirá la circulación de coches contaminantes en el 2025; por lo tanto, todos los vehículos tendrán que ser eléctricos o de hidrógeno. Esta reglamentación también afecta a los taxis, y la decisión de instalar puntos de recarga inalámbrica ayudará a la migración. El objetivo es que los taxistas no tengan que perder tiempo en buscar un cargador, enchufarlo, y esperar a que el coche se cargue; ese es tiempo que podrían estar usando haciendo “carreras”.

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Con la recarga por inducción planeada, los taxis podrían permanecer recargando sólo cuando no tuviesen clientes, y salir en cuanto reciban la llamada o el aviso. Por lo tanto, serían incluso más eficientes con el tiempo que un coche de gasolina, ya que no tendría que desviarse nunca hacia una gasolinera cercana.

Oslo es la primera ciudad del mundo que implementará un sistema similar, y por buenas razones. Noruega es el país que más rápidamente ha acogido los coches eléctricos, que ya son de los más vendidos del mercado, compitiendo con coches de combustión tradicionales.