La nevera es un elemento imprescindible en cualquier hogar, posiblemente nadie se imagine una vida sin dicho electrodoméstico. Tal es su importancia que el frigorífico está encendido durante las 24 horas del día y casi todos los días del año, por no decir todos.
Tantas horas consumiendo electricidad hacen mella en la factura de la luz, razón por la que queremos daros algunos consejos para utilizar la nevera de una manera más eficiente y sostenible.
Las claves: limpieza y organización
Lo primero es realizar una limpieza a fondo del frigorífico. Esta tarea permite renovar el aire del electrodoméstico, un aspecto crucial para que los alimentos se conserven en buenas condiciones.
Tras dejarla más limpia que una patena hay que centrarse en otro apartado igual de importante: la organización. Ordenar los alimentos mejora notablemente la estética, pero, también sirve para aprovechar al máximo sus capacidades.
En este sentido, la nevera debe mantener una temperatura de entre 0 y 5 grados centígrados. Tanto la carne como el pescado deben situarse en la zona más baja, ideal para este tipo de alimentos por sus bajas temperaturas.
Los lácteos necesitan más temperatura, por lo que es preferible colocarlos en la parte central. La fruta podemos situarla en los cajones laterales, aunque, no todas las frutas reaccionan de la misma manera al frío. Los plátanos, las naranjas o los limones se conservan bien a temperatura ambiente, mientras que las fresas necesitan más frío.
La importancia de los envases de plástico
Los envases de plástico que vemos en tantos alimentos juegan un papel muy relevante para evitar que éstos se estropeen. Así, la carne de ternera envasada pasa a durar 10 días en vez de 5. Algo parecido ocurre con el pepino, que puede mantenerse fresco durante 14 días utilizando solo un gramo y medio de plástico. De ahí la importancia de usar también los famosos “tuppers” para guardar la comida sobrante.
Según el Estudio de Denkstatt los envases plásticos ahorran más energía que cualquier envase de otro material. Sustituir los envases de plástico por otro material significaría multiplicar por cuatro las materias primas necesarias, doblando así el consumo de energía y triplicando las emisiones contaminantes. Además, si el plástico se recicla adecuadamente no daña el medioambiente, puesto que puede utilizarse para nuevos productos.
Ahorrar energía en la nevera
Como hemos comentado antes, el frigorífico está encendido durante todo el día, lo que lo convierte en uno de los electrodomésticos que más consume. Una razón más que suficiente para usarlo de un modo inteligente (o te arrepentirás cuando llegue la factura).
Según la OCU, la nevera debe tener una temperatura interior de 5 grados y de -18 grados en el congelador. Dichas temperaturas deberían ser más que suficientes para conservar la mayoría de alimentos. Eso sí, una temperatura más alta podría suponer la aparición de microorganismos.
No debemos olvidarnos de la parte trasera del frigorífico. Ésta debe estar separada, como mínimo, 5 centímetros de la pared para poder “respirar”. Esta disposición favorecerá que el electrodoméstico tenga una mejor ventilación, evitando así que el motor haga un esfuerzo extra y rinda peor.
- Aprende más sobre la eficiencia y sostenibilidad de neveras en ‘Un Hábitat Mejor’
También es importante que la luz no impacte directamente sobre la nevera y esté alejada de focos de calor. Puede parecer una nimiedad, sin embargo, las prestaciones del frigorífico pueden cambiar según lo situemos en un sitio u otro.
Como habrás observado, seguir los consejos es bastante sencillo, limpiar y organizar la nevera tan solo te llevará unas horas. Así que, si quieres que tu nevera sea más eficiente, ¡ponte manos a la obra!