Cuando se produce un desastre en diversas ocasiones existe un riesgo de intoxicación por la expulsión de gases tóxicos. La situación se vuelve especialmente complicada, ya que mandar un equipo de respuesta puede desembocar en un riesgo real para ellos Por lo tanto, lo ideal en estos casos es enviar maquinaria especial como un dron autónomo.
Si aún así queremos evitar mandar robots para realizar el trabajo debido a que es especialmente complicado, ¿cómo podemos verificar qué gases hay en la zona y actuar en consecuencia?
Este dron creado por unos investigadores españoles podría ser la solución a este problema, ya que además de ser capaz de entrar en zonas peligrosas como edificios es capaz de detectar estos gases tóxicos tal y como adelanta New Atlas.
El dron autónomo español que detecta gases tóxicos
Este dron autónomo conocido como SNAV (Smelling Nano Aerial Vehicle) pesa 35 gramos y se basa en un pequeño helicóptero Crazyflie 2.0 que se puede comprar a día de hoy. El dron ha sido modificado por un equipo de investigadores de la Universidad de Barcelona y el Instituto de Bioingeniería de Cataluña. El proyecto ha sido liderado por los investigadores Santiago Marco y Javier Burgués.
El SNAV está equipado con unos sensores de gas MOX (óxido de metal) que pueden detectar concentraciones de gases incluso diminutas tales como monóxido de carbono o metano. Puede detectar, además, otros compuestos orgánicos volátiles como el etanol, la acetona y el benceno.
La sensibilidad de este dron es de hasta una parte por millón en volumen (dependiendo de la sustancia) y es capaz de localizar la fuente de un gas rastreando qué tan concentrado está en distintas partes de una misma habitación.
El problema reside en que las unidades de GPS no pueden rastrear sus satélites cuando están en interiores, pero este dron autónomo se quita todo esto de encima. Es capaz de navegar dentro de edificios usando una serie de transceptores de radiofrecuencia preinstalados.
En las pruebas realizadas con este SNAV se han percibido varios éxitos. Se colocaron 6 de estos transceptores en ubicaciones conocidas dentro de un edificio y otro se montó en el mismo SNAV. El dron fue capaz triangular su ubicación actual usando su propio transceptor para comunicarse con los otros 6.
Un tamaño ideal para lugares difíciles
El SNAV tiene un tamaño ideal para encarar lugares de extrema dificultad. Por ejemplo, se puede colar a través de orificios, volar por los edificios sin tener problemas y puede pasar por lugares especialmente pequeños como conductos, reduciendo así el potencial peligro al que se enfrentaría un personal de rescate humano.