La sobredosis de opioides es la principal causa de muerte entre los estadounidenses menores de 50 años. Durante el año 2017 aproximadamente 48.000 muertes estuvieron relacionadas directamente con este tipo de sustancias.
Cuando se producen dichas sobredosis, éstas pueden ser interrumpidas administrando al afectado una inyección de naxolona. El problema reside en que las personas que sufren una sobredosis suelen estar solas y con tan pocas fuerzas que no son capaces de hacerlo por sí solos.
Un grupo de investigadores parece haber dado con la solución: un dispositivo que les inyecte automáticamente la naxolona cuando detecte que el ritmo de la respiración baja peligrosamente. ¡Os contamos los detalles!
Suministrar medicamentos automáticamente para acabar con la sobredosis
Un equipo de científicos de la Universidad de Purdue (Estados Unidos) ha diseñado un dispositivo que podría salvar la vida a cualquiera que sufra una sobredosis.
Éste funciona en base a tres ejes: un brazalete magnético que funciona con baterías, un sensor EKG que debe pegarse en la piel y una cápsula de naxolona que debe inyectarse previamente debajo de la piel.
El dispositivo funcionaría de una manera similar a una bomba de insulina, explican en una nota de prensa de la Universidad de Purdue. Cuando el sensor detecta una frecuencia respiratoria demasiado baja, algo común mientras se da una sobredosis, envía una señal al brazalete.
Éste responderá activando su bobina de inducción para crear un campo magnético alterno que calentará la cápsula de naxolona que se encuentra debajo de la piel. Después de eso se liberaría la sustancia en el cuerpo del individuo. Aunque pueda parecer que esto lleva demasiado tiempo, el proceso completo se realizaría en apenas 10 segundos.
Podría salvar miles de vidas
Hyowon "Hugh" Lee, líder del proyecto, cree que su dispositivo daría al afectado una hora más de vida antes de volver a recaer, un tiempo muy valioso antes del que podrían llegar los equipos de emergencia. Los investigadores también están trabajando en una función mediante la que el dispositivo pueda alertar automáticamente a los sanitarios.
Del mismo modo, los científicos están buscando fórmulas para disminuir el tamaño del dispositivo. Un brazalete no es algo demasiado grande, sin embargo, piensan que lo ideal es que sea tan pequeño que el usuario ni siquiera recuerde que lo lleve puesto.
Como es lógico, un dispositivo de este tipo podría servir para suministrar cualquier tipo de medicamento, no solo naxolona. Los expertos ya están trabajando en ello para ser útil en casos de alergia.
¿Llegará este dispositivo a ser una realidad algún día? Es difícil saberlo, pero, en caso de serlo podría salvar la vida a millones de personas de todo el mundo.