Desgraciadamente, el colectivo LGBTQI+ y las personas que lo integran sufren a diario agresiones, discriminaciones y todo tipo de vejaciones que no son propias de un mundo civilizado como en el que supuestamente vivimos. Por ello, el colectivo tiende a buscar lugares y redes seguras para no sufrir este tipo de perjurios.

Una red social gay no es nada nuevo; existen una gran variedad de espacios en Internet seguros para el colectivo y destinados únicamente a las personas LGBTQI+ y sus preferencias sexuales. El problema es que no todas cuidan un aspecto primordial: la privacidad.

Taimi, una red social gay con presencia en numerosos países y con un claro enfoque en la privacidad, ha llegado a España para ofrecer sus servicios en forma de app. Llega con reivindicaciones bajo el brazo, al menos en su presentación, y es algo que se agradece sobremanera.

Taimi, la red social gay que pretende ser un sitio seguro

Esta aplicación ya se puede descargar tanto en la Apple Store como en la Google Play totalmente gratis (aunque la red en sí no lo sea). Además de un increíble diseño y una interfaz espectacular, Taimi presume de varias cosas más.

Con presencia en varios países como América del Norte, Brasil, Singapur, Reino Unido, Francia, Alemania y los Países Bajos Taimi llega con la bandera del colectivo bajo el brazo. En un comunicado anunciando su llegada, Taimi clama que están "emocionados de conocer a la comunidad gay española. [...] España fue uno de los primeros países en reconocer el matrimonio entre personas del mismo sexo, por lo que es natural que TAIMI se convierta en la aplicación de redes sociales para la comunidad gay española" según el fundador de Taimi, Alex Pasykov.

Yéndonos a la aplicación, veremos que la interfaz es una mezcla peculiar entre historias clásicas como las que vemos en Instagram, un funcionamiento similar al de Tinder en la que podremos conocer gente según nuestros gustos y preferencias además de un componente social parecido al de Facebook; mostrar nuestros pensamientos y lo que nos gusta.

La principal baza de Taimi es su seguridad y su privacidad. Tenemos las clásicas historias privadas que se autodestruyen, llamadas privadas entre personas de la misma red y una seguridad importante en la app.

El colectivo LGBTQI+ sufre muchas agresiones, como hemos explicado en numerosas ocasiones. Existe la posibilidad de que una persona homófoba o al menos celosa revise el móvil de otra persona y así pueda humillarle por su condición sexual. Por eso, podemos bloquear la aplicación de forma nativa con un pin o directamente con nuestra huella dactilar.

Solo los usuarios verificados y autentificados pueden entrar a Taimi. ¿Cómo lo comprueba? Con verificación en 2 pasos y con la ayuda de la Inteligencia Artificial capaz de verificar cuentas además de mecanismos antifraude. 

A esto se le añade una sensación que agradecemos mucho por parte de Taimi: el no caer en estereotipos. Existen redes sociales que basan su funcionamiento única y exclusivamente en el estereotipo sexual de que las personas gays son extremadamente activas sexualmente hablando, en el mal sentido.

Taimi no cae en ese error; podemos configurar la app para simplemente ser una red social entre personas del colectivo, poder conocer a parejas (o ligues) potenciales y elegir todo tipo de preferencias ya sean físicas como sexuales pasando por las personales.

Alabamos la labor de Taimi por ofrecer un espacio seguro para personas del colectivo LGBTQI+ sin más pretensiones. El único detalle que no nos ha gustado ha sido su política de pagos in-app.

De base, la red social tiene suscripciones por lo que si quieres usar la red social deberás pagar. Lo que no nos ha acabado de gustar es que una vez te registras y realizas la prueba gratis, te impone la tarifa Taimi XL, que vale 15.99 euros... a la semana.

No solo es un precio bastante alto semanal para una red social, sino que no nos ha hecho gracia el que para probarla tengamos esa tarifa de base y tengamos que cortarla una vez nos registramos si queremos simplemente probarla. Por lo demás, la app es todo un logro que al menos merece la pena tener en cuenta.