Nueva tragedia en EEUU. 20 personas han fallecido y unas 26 más han resultado heridas después de que un hombre con un fusil de asalto disparase en un supermercado de El Paso, Texas. Este pueblo fronterizo con México es la última víctima de una tendencia cada vez más preocupante: supremacistas blancos que se toman "la justicia por su mano", contra lo que consideran una "invasión".
Una retórica muy popular entre ciertos políticos estadounidenses, y que el propio presidente, Donald Trump, no duda en abrazar. Pero el caso de El Paso, y otros recientes como el de Christchurch, Nueva Zelanda, también tienen otra cosa en común: un foro de Internet llamado 8chan.
8chan es un foro anónimo, en el que por defecto los usuarios no necesitan dar ni siquiera un nombre falso. Existen muchas webs similares, la mayoría imitando a 4chan, que era famoso en su día por permitir prácticamente cualquier cosa en sus páginas. El aumento de la popularidad de 4chan trajo consigo demasiada atención, y los responsables decidieron implementar más restricciones a lo que se podía publicar.
8chan, la web en la que todo vale
8chan nació en respuesta a estas limitaciones impuestas por 4chan. Su fundador, Fredrick Brennan, era un firme creyente de la libertad total en Internet, y creía que 4chan estaba "censurando" a sus usuarios al implementar esas reglas básicas. Con 8chan, iba a permitir que cualquiera hablase de lo que quisiera, sin limitaciones ni reglas. Sólo un mensaje en la portada avisa al visitante de que puede encontrar material "ofensivo", y que debería abandonar el sitio si no le gusta. La responsabilidad estaba en el lado del usuario, no de la página.
Inmediatamente, 8chan se convirtió en la Meca de todos aquellos decepcionados con el salto a la fama de 4chan. La posibilidad de crear nuevas "salas" o "boards", que tratasen de cualquier tema abrió la puerta a usuarios que habían sido expulsados de otras comunidades; desde pedófilos que querían compartir pornografía infantil a organizaciones de háckers.
Pero sobre todo, 8chan se convirtió en el centro de la ultraderecha alternativa en Internet. Su "board" más popular, /pol/ se define a si mismo como "políticamente incorrecto", y es donde se comparten ideas extremistas, se organizan eventos y se anuncian ataques.
Es en 8chan donde el tirador de El Paso publicó un manifiesto, en el que denunciaba la "invasión hispana" del estado de Texas. Un texto que ahora es rechazado por la comunidad, no por su contenido, sino porque lo consideran una "false flag", o bandera falsa; es decir, creen que el tiroteo ha sido organizado por sus enemigos para culparles y usarlo como excusa para crear nuevas leyes o acabar con sus organizaciones. En el momento de escribir estas palabras, ya están recopilando "pruebas" de ello, agarrandose a detalles y acusando directamente al Mossad, la agencia israelí.
También fue en 8chan donde se publicó y se compartió el manifiesto del tirador de Christchurch, y donde se organizó su distribución por sitios como Facebook o Youtube.
Cloudflare abandona a 8chan
Pero puede que esta haya sido la gota que ha colmado el vaso. Cloudflare, el proveedor que hasta ahora ha permitido que 8chan siga en pie, ha anunciado que ha dejado de dar servicio al polémico foro. Cabe preguntarse porqué ahora, pero Cloudflare ha presumido en el pasado de "no ser un gobierno", y que prefiere dar libertad a sus clientes hasta que cometan un delito.
Un discurso que ha cambiado: ahora afirman que, aunque 8chan no haya cometido un delito, sí que está fomentándolos y eso ahora es suficientes para cerrarlos. El CEO de Cloudflare, Matthew Prince, ha llegado a definir al sitio como un "pozo negro del odio".
8chan no desaparecerá por eso, por supuesto. Aunque su dirección habitual ya no funciona, la web sigue accesible a través de la red TOR, en lo que se conoce como la "Deep Web", y probablemente es cuestión de tiempo que encuentren otro proveedor. Un nuevo mensaje en la página afirma que esto es sólo un "bache en el camino".
Mientras tanto, las voces que piden prohibir este sitio son cada vez más fuertes. Como la del propio fundador de 8chan, que en una entrevista a The New York Times ha pedido cerrar la página y ha mostrado remordimiento por haberla creado.