La U.S. Navy, la armada de los EEUU, ha decidido sustituir todas las pantallas táctiles de sus buques de guerra por controles físicos tradicionales, después de que se hicieran públicos los resultados de la investigación sobre el choque del USS John S. McCain contra un petrolero.
Los hechos ocurrieron en agosto de 2017, cuando el destructor colisionó con el buque mercante cerca del estrecho de Malaca cuando se dirigía a Singapur; diez marineros perdieron la vida y otros cinco resultaron heridos. Esta fue la segunda tragedia similar en apenas dos meses, después de que siete personas muriesen en un choque en Japón.
La investigación llevada a cabo por el NTSB, la máxima autoridad en seguridad de transporte, ha revelado que los oficiales al mando no se sentían a gusto con los sistemas de control del navío.
Las pantallas táctiles provocaron muertes
En concreto, la mañana del incidente los oficiales decidieron desactivar los sistemas automatizados, optando por un modo manual que en teoría sólo está disponible como último recurso en caso de problemas técnicos. Este modo permite un control más directo sobre el barco, y era más cómodo para los oficiales.
En otras palabras, en vez de usar las pantallas táctiles para dar órdenes al barco y dejar que haga el trabajo, los oficiales decidieron involucrarse más porque no confiaban en el sistema. Sin embargo, lo que no sabían es que este modo de emergencia eliminaba las salvaguardas necesarias para obtener control del acelerador y el timón; eso implicaba que el barco podía ser controlado a través de varias pantallas al mismo tiempo. En medio de una situación de estrés, con muchos barcos presentes en la misma zona, la tripulación "peleó" contra los sistemas hasta que ocurrió el choque.
La investigación concluyó que factores como el cansancio tuvieron importancia, pero también critica el diseño de las pantallas y la "confusa configuración" del sistema. En concreto, considera que con los controles mecánicos estos problemas no hubieran ocurrido, ya que la persona al control del timón hubiera notado que se estaba moviendo.
Esto ha llevado a la armada estadounidense a dar marcha atrás en su proyecto de modernizar su flota; los buques de la clase DDG-51, que usan el nuevo sistema de navegación con "puente de mando conectado" recibirán controles tradicionales a partir de 2020, según USNI News.