El primer avión eléctrico desarrollado en Noruega ha sufrido un fuerte accidente, en el que el piloto se vio obligado a efectuar un aterrizaje forzoso; es un duro golpe para el que probablemente era el proyecto más avanzado del sector.
El Alpha Electro G2 es una avioneta pequeña que a simple vista no se diferencia mucho de una normal; la diferencia está en que usa un motor eléctrico con baterías y no un motor de combustión.
Este avión eléctrico es propiedad de Avinor, el operador estatal que presume ser de los primeros en invertir en esta tecnología, iniciando las primeras pruebas a mediados de 2018. De hecho, el piloto en el momento del accidente era el CEO de la empresa, Dag Falk-Petersen, que estaba realizando vuelos de demostración para miembros del gobierno noruego.
Uno de los primeros aviones eléctricos se estrella
Aún hay muchos detalles sobre el accidente por aclarar, pero la buena noticia es que tanto el piloto como la pasajera escaparon sin heridas. A lo largo del día, Falk-Petersen llevó a las representantes del gobierno noruego y otros "pasajeros de perfil alto" en viajes cortos para demostrar las capacidades de la avioneta; el turno anterior al accidente fue para la ministra de medio ambiente, Ola Elvestun. Esta avioneta sólo es capaz de llevar a dos personas al mismo tiempo, contando el piloto.
Como muestran las fotografías tomadas por la prensa local, la avioneta acabó estrellada en un lago cercano a Arendal, al suroeste de Noruega, parcialmente sumergida. En declaraciones a la cadena pública NRK, Falk-Petersen sólo confirmó que durante el vuelo tuvo que realizar una llamada de socorro "mayday" y buscar un sitio en el que aterrizar de emergencia. El aparato golpeó el agua a una velocidad estimada de 70 km/h y casi volcó.
El ejecutivo no aclaró el motivo del aterrizaje forzoso, ya fuese el motor eléctrico, las baterías, o cualquier otro problema no relacionado con el sistema de propulsión eléctrico. Pero sí que fue pesimista sobre lo que este incidente supone para el proyecto, afirmando que "no es bueno para el trabajo que hacemos".
El gobierno noruego ya había solicitado un programa Avinor para convertir toda la flota doméstica a aviones eléctricos para el 2040. Estos vuelos domésticos son lo suficientemente cortos como para que usar aviones eléctricos tenga sentido. El Alpha Electro G2, por ejemplo, puede permanecer una hora en el aire y tiene una autonomía de 130 kilómetros; con cifras semejantes, pero con aviones capaces de transportar decenas de personas, sería posible realizar vuelos entre las localidades aisladas por los fiordos noruegos. Un ambicioso plan que puede haber encontrado el primer obstáculo de verdad.